TIEMPOS DE DICTADURA, EL DOCUMENTAL TAQUILLERO

Con 1.312 seguidores en Twitter, 36.700 personas que han visto el trailer en Youtube (para el miércoles 19 de septiembre) y con una cifra irreverente de más de 33.000 personas que han ido a las salsas de cine del país, desde su estreno el pasado viernes 7 de septiembre, Tiempos de Dictadura se percibe como “el film que todo venezolano debe ver”. Su director y creador, Carlos Oteyza, se considera satisfecho y agradecido por la recepción que ha tenido este largometraje y cuenta en exclusiva lo qué es este documental y su perspectiva sobre él.

Carlos Oteyza
Carlos Oteyza

Por SARA KAFROUNI

 

Tiempos de Dictadura narra la historia del Gobierno de Marcos Pérez Jiménez (MPJ) a través de los testimonios vívidos de algunas de las caras protagonistas del régimen instaurado en Venezuela en los años 1948-1958. Este largometraje es una ventana al entendimiento, pues permite comprender por qué para algunos venezolanos los tiempos de la dictadura de MPJ eran de oro, marcados por la marcha de seguridad que había en la calle, por el progreso estructural, las fiestas, los carnavales y las reinas que saludaban desde sus carrozas, mientras que para otros fueron tiempos de terror, con torturas a manos de la Policía Nacional, el silencio, la clandestinidad, los exiliados políticos y la extrema violación de los Derechos Humanos.

El historiador y cineasta Carlos Oteyza, quien ha trabajado desde hace 20 años con documentales históricos y que actualmente está trabajando con la filmografía del siglo XX, reveló que la época de Marcos Pérez Jiménez era casi una obligación dentro de sus documentales históricos, por las marcadas diferencias en las vivencias de los venezolanos y por la falta del diálogo durante y después de este periodo de gobierno. “Era una obligación que me tocaba hacerla, por un lado porque hemos venido haciendo documentales históricos y también porque me interesa la época de Marcos Pérez Jiménez porque fue una época muy controversial, dramática, partera de la democracia venezolana como la conocemos y ha sido muy poco tratada en el país. La época de Pérez Jiménez entonces se presentaba como algo lógico para hacer porque era una etapa también en la que los venezolanos conocen las dos leyendas, la dorada y la negra, y ahí se quedan. Se enfrentan en: ‘mira Pérez Jiménez hizo obras en cantidad, cuando Marcos Pérez Jiménez se vivía con mucha seguridad’; por el otro lado decían: ‘ah si, cuando Marcos Pérez Jiménez había un montón de miedo, torturaban, cuando Pérez Jiménez era Presidente la violación de los Derechos Humanos era el pan de cada día; por lo tanto, eso era un régimen execrable del cual no hay nada que decir’. Y ese diálogo no prosperó en más nada, es decir, podemos decir que en Venezuela no ha habido, no hubo mucho diálogo y sobre todo en estos últimos años en los cuales nos hemos polarizado; pero ya el régimen de Pérez Jiménez por lo violento que fue, lo duro que fue para algunos, no hubo discusión, no hubo continuidad y por lo tanto los venezolanos quedaron como analfabetas al respecto. A mí me interesó hablar de la época de MPJ, no solamente desde las dos perspectivas que están presentes en la película, pero también sobre lo que hicieron y qué no hicieron los venezolanos, nosotros por qué llegamos ahí, cómo pudimos salir de Pérez Jiménez, qué hicieron los partidos, que hicieron y que no hicieron las élites, que hicieron los venezolanos medios, cómo vivieron esa época y, al fin y al cabo, busco que tengamos con este documental una historia compartida; nos une como venezolanos, aunque podamos tener diversidad de opinión sobre Pérez Jiménez. Decir lo que pasó y cómo fue que pasó es mejor que tener unas ideas demasiado sencillas o mentirosas porque un país está todo el tiempo necesitado de reinventarse una historia para que esa historia coincida con el plan, o con el presente, y para que pueda tener una utilización política en función de la actualidad o del momento que se está discutiendo. En esta película, nosotros podemos decir que los protagonistas, está Pérez Jiménez, Vallenilla [Laureano Vallenilla Lanz], está Pedro Estrada, los líderes de acción democrática, los líderes del partido comunista, pero también hay rostros, hay gente, hay venezolanos marchando, hay venezolanos en el hipódromo, entonces creo que es una gran ocasión de reencuentro de los venezolanos de entender su propia historia y eso puede ser una buena base para no ser manejados desde el poder. Es decir, el poder tiende por lo general a manipular al ciudadano y yo con mis películas trato de sentarme al lado del ciudadano, darle las herramientas, para que se deje manejar menos que si no tuviera esa información y eso conocimiento”, relató Carlos Oteyza.

Calos Oteyza asegura que sí es cierto que la temática tratada en la película maneja similitudes con el presente. El director afirma que tanto en el periodo de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez como en el gobierno del presidente Chávez, y otros gobiernos, se ha vivido de la renta petrolera con la diferencia de que en la época de MPJ se producía más barriles de petróleo y Venezuela ocupaba el primer lugar como exportador y el segundo como productor en la industria petrolera. Carlos Oteyza también maneja un segundo factor comparativo y es el caso referente a los partidos políticos. El cineasta explica que tanto en el año 1948 como en el 1998 hubo un declive en los partidos políticos, incluso hasta su desaparición: “Tenemos el problema de los partidos políticos. Los partidos políticos estaban execrados en aquel momento, pero en este momento también han tenido una crisis; después del 98 sufrieron la mayor crisis. Es decir, cuando llega el ’48, los partidos desaparecen y podemos decir que luego cuando llega Chávez del ’98 al 2002, podemos decir que desaparecen también los partidos”. Sin embargo, deja muy claro que el largometraje Tiempos de Dictadura, aunque presenta coincidencias, no fue pensado en el presente político que vive Venezuela sino en su historia política. “Es imposible no ver esta película relacionada con el presente, pero tratar de manejar la película para que coincida o no con el presente no es lo más conveniente porque inmediatamente la historia castigaría la película si no es honesta con ella misma porque dentro de un año, dos, tres o dentro de un mes las condiciones del país son diferentes, entonces la película no tendría ningún sentido porque se hizo en función del momento que se estaba viviendo. Uno hace películas para que perduren. Alguien me ha dicho: ‘hacer esta película antes o después de las elecciones’, bueno, es mejor presentarla antes de las elecciones que hay un clima, y lo reconozco que hay un clima atento porque estamos decidiendo cosas importantes en octubre, pero si no lo hiciéramos hoy, después de octubre la película fuera válida también porque siempre la lucha por la democracia, por la libertad, la entrega de quienes se sacrificaron en los años 50 por defender la democracia estará vigente hoy y después del 7 de octubre; y las obras de Pérez Jiménez han permanecido y permanecerán y nadie va a poder esconder que había seguridad en la calle, que la inmigración fue importante, que el país creció, que había un desarrollo económico importante en el país y uno termina pensando después qué sabroso sería vivir con el desarrollo económico que había en la época de MPJ y la libertad que los venezolanos nos hemos sabido ganar a partir del 23 de enero. Evidentemente hoy en día tenemos una inseguridad inmensa y no tenemos el auge económico que tuvimos cuando MPJ, entonces hay esperanzas de que lo que se presenta en la película puedan los venezolanos obtenerlo. Nosotros los venezolanos estamos obligados a tener un país de vivir bien y vivir en libertad, y yo creo que la película no te da las soluciones, pero te ayuda a entender el país y te marca como una visión de lo que hemos sido y de lo que podemos ser”, asegura Carlos Oteyza.

La proyección en las urnas electorales.

Es visible que las relaciones sean sobresalientes y cada persona que asiste al cine a ver la proyección así lo asiente; sin embargo, los consumidores de este documental aseguran, con aplausos en las salas, que este es un documental hecho para “no olvidar”, y que pudiese fungir como un llamado a la conciencia de los venezolanos para no ser manejados por el poder y la ignorancia. Por otro lado, Carlos Oteyza asegura que aunque no realizó la película para que incidiera políticamente en en el voto racional de las próximas elecciones, comenta que pudiera dar la sorpresa. “Sí podría tenerla. Por supuesto que puede tenerla, pero es pedirle mucho a una película. Si el venezolano, cualquiera que la vea, ha resuelto o sale convencido de que luchar por la libertad y por la democracia es importante yo me doy por agradecido, ya logré eso. Ahora si vota con eso en la cabeza es importante porque va a defender, vote por quien vote, la libertad. Y entonces es un ciudadano menos manipulable. Sería muy difícil que en un mes, porque yo hago una película, vaya a poder cambiar la opinión, no lo sé. Puedo sí entusiasmar a una cierta parte de la población a decir ‘cónchale hay ejemplos en el país, ahí vi algo escondido que no lo teníamos tan claro y ahora lo tenemos más claro con esta película. Hay ejemplos que nos llaman a permanecer alertas frente a cualquier intento de que el autoritarismo tome el poder en Venezuela de alguna manera completa’, entonces yo creo que en ese sentido la película es útil, pero cambiar la opinión del voto no lo quito. Como no lo puedo asegurar tampoco digo que no, pero sí puede entusiasmar a la gente para que pueda ir a votar. Yo creo que sí va a entusiasmar a la gente a ir a votar”, asintió Carlos Oteyza.

La estructura plegada al coraje y no al concreto.

El historiador Carlos Oteyza comentó que durante tres años estructuró su búsqueda y le dio forma a la línea argumental del documental; sin embargo, reveló que una de las dificultades del proyecto se presentó cuando tenía que retratar el miedo y las prisiones, porque hacer esto era casi imposible con el aditivo de que no tenía ningún registro de imágenes sobre las cárceles de esta época ya que estaban escondidas: “Una de las grandes dificultades que tendrían fotógrafos, periodistas, es la de retratar el miedo. Entonces uno de los objetivos de la película era develar el miedo y lo que significa, cómo retratar el miedo que tenía la gente de hablar y de opinar porque el miedo es algo que no se fotografía como se puede fotografiar un puente. Entender como se manejaba, porque lo primero era que tú tenías un aparato represivo inmenso, los mecanismos de censura, el poder era el poder y te obligaba a desfilar y si no desfilabas te ibas a meter en un problema con el Gobierno. La gente para quedar bien con el Gobierno mandaba a sus empleados a desfilar, y cuando algo pasaba y cuando los estudiantes hacían algo eso no salía en la prensa. Entonces, por supuesto la gente, cuando cae MPJ, es que descubre lo que estaba pasando porque no se enteraba o no querían enterarse o simplemente estaban viviendo bien y creían que era una etapa que tenían que pasar”.

Tiempos de Dictadura es una valiosa pieza histórico-audiovisual que cuenta con la aplicación de un recurso inusual en el cine venezolano como lo es la animación dentro del film. Carlos Oteyza señaló que quería mostrar cómo mataron a Leonardo Ruiz Pineda y a Carlos Delgado Chalbaud y representar las prisiones donde eran torturados los disidentes políticos—como la cárcel de Guasina, conocida por ser un campo de concentración y de torturas donde proliferaban enfermedades como el paludismo, mal de Chagas y disentería debido a su ubicación geográfica—pero al momento de representarlas no tenían las imágenes de estos hechos, por lo que Carlos Oteyza optó por el uso de animaciones que correspondieran a esa época y al imaginario del país: “Se buscó una animación que fuese al mismo tiempo de la época y que no traicionara los años 50 visualmente, pero que fuera al mismo tiempo contemporánea, que fuera moderna, visualmente agradable y que fuera suficientemente inteligente para no chocar en la película”.

Según reveló Carlos Oteyza, la selección de los personajes que relataron sus testimonios se basó en que no fueran especialistas sino en personas que hubieran vivido la época y que mostrara diversidad de pensamiento sobre lo ocurrido. Se utilizó la presencia de dirigentes políticos activos, inmigrantes, periodistas, artistas y perezjimenistas, con el fin de darle un valor complementario a las declaraciones de hora y media que tuvo Oteyza con cada uno de los entrevistados, entre ellos: Enrique Aristiguieta Gramcko (Militante Juvenil COPEI ’50), Simón Alberto Consalvi (Militante Acción Democrática ’50), Isabel Carmona (Militante Juvenil Acción Democrática ’50), Américo Martín (Militante de Acción Democrática ’50), Teodoro Petkoff (Militante del Partido Comunista de Venezuela ’50), Pompeyo Márquez (Secretario general del Partido Comunista de Venezuela ’50), Mayor (Ej.)Víctor Maldonado (Director de la Oficina de estudios especiales ’50), la bailarina Yolanda Moreno, el periodista Oscar Yanes, el cantante Mario Suárez, José Agustín Catalá () conocido como el “editor de la democracia”, y los inmigrantes de origen italiano Michele Sortino y Vincenzo Giusti.

Para Carlos Oteyza, esta no es una película “que pasa factura, pero que sí le da al ciudadano el conocimiento, le da herramientas, le da información porque la polarización que existió frente a la dictadura le ha hecho daño a la misma democracia en los post-democráticos porque no se dijo, no se discutió, y al no discutirse qué fue efectivo en la época de Pérez Jiménez, le dio carta abierta a los gobiernos para que después fuéramos ineficientes en algunas cosas y no tuviéramos comparación con gobiernos eficientes. Esta es una película que la hago sin odios, es una película que quiere hacerse preguntas sobre lo que fuimos y lo que somos en este momento y lo que podemos ser como país, de interrogarnos. Busco que los venezolanos sientan que esta película habla del poder, de los partidos políticos, de los ciudadanos, de las mujeres, de los hombres, de los inmigrantes, habla de nosotros y de que no podemos seguirrehuyéndolea la historia, considerando pasar agachado frente a las injusticias, al autoritarismo, frente a las torturas o, como decía Oscar Yanes, al poder de quien tenía una gorra militar y la podía dejar visible en un carro y ese tenía más poder que otro porque ese carro valía más que otro. Bueno, pues quienes siempre quieren pasar agachados frente a eso saben que eso no va a ser eterno así y tendrán que entender que buena parte de la población en algún momento dirá que no, que no podemos seguir viviendo agachados todo el tiempo porque, al fin y al cabo, el venezolano desde la caída de Gómez en el año ’28, uno de sus objetivos ha sido la conquista de la libertad y de la democracia. No ha sido fácil porque el militarismo y civilidad ha sido un dilema, es decir, la importancia de los militares en Venezuela ha sido grande”.

Tiempos de Dictadura, como revela su director Carlos Oteyza, es un homenaje a la venezolanidad de quienes estuvieron presente, lucharon y de quienes aún están “dando la cara”. Es la memoria histórica de un colectivo que resuena en el presente y que demuestra la importancia del coraje “para defender la democracia y la libertad, hoy y mañana”.