El público venezolano da para todo. Así lo confirmó el respetado músico y compositor británico Steven Wilson, quien incrédulo de que su refinado arte musical tendría seguidores en esta tierra de salsa, merengue y reggaetón, se dio el gusto de compartir con un público que no sólo conocía su música, sino que fue todo un show en sí mismo.
Por SARA KAFROUNI
El virtuoso músico Steven Wilson convirtió su presentación del domingo 15 de abril en el Hotel Eurobuilding de Caracas, en una experiencia que transgredió los límites sensoriales humanos. Así pues con un telón transparente en el que se proyectaban impactantes imágenes depresivas y con un céfiro lúgubre, sumergió a los entregados asistentes en un viaje psicodélico, intenso, digno del intelecto vivaz del prodigioso inglés.
La sala de convenciones estuvo impregnada por un cromatismo sensorial, con sonido cuadrafónico envolvente que provenía de cornetas ubicadas al fondo del salón y que dirigían el sonido alrededor de todo el espacio dispuesto para esta descarga de música experimental, en donde Wilson fusionó el rock progresivo, jazz fusión, y clásico contemporáneo, o lo que los entendidos llaman Krautrock, salido de su última producción discográfica en solitario Grace for Drowning. A las 6:30 de la tarde, con una música instrumental de fondo y con un telón transparente, en donde se proyectaban las imágenes sombrías, se fueron incorporando en escena ceremonialmente cada uno de los integrantes del ensamble de Steven Wilson. El baterista Marco Minnemann fue el primero en salir a la tarima y comenzó a tocar un ritmo jazz-rock, seguido por Nick Beggs, un albino con el cabello en dos trenzas encargado del bajo y del peculiar chapman stick, quien comenzó una descarga de bajo sobre la batería, luego entraron Adam Holzman en el teclado, Niko Tsonev en la guitarra y Theo Travis en el saxofón, clarinete y flauta, hasta que finalmente, sobre esta descarga musical de fondo, apareció Steven Wilson vestido con unos pantalones oscuros en semi-cuero, una franela que decía en letras fucsia “Art is truth” y totalmente descalzo.
El oasis que dejó perpleja a la audiencia, conformada por un público mixto y musicalmente rico, conocedor, desde reconocidos empresarios hasta niños de 11 años, inició con la proyección en blanco y negro sobre el telón transparente, de imágenes fantasmagóricas de modelos calvas, polillas, figuras alienígenas, bosques y abismos. Este telón que separaba a la banda de su público permaneció allí durante los primeros cuatro temas, de aproximadamente ocho minutos cada uno, intensos y perfectamente construidos: No Twilight Within the Courts of the Sun, Index, la pinkfloydesca Deform to Form a Star y la intrincada Sectarian, que causaron la efervescencia en el público, el cual constantemente gritaba el coloquialismo “Qué arrecho!” en los silencios, ante lo cual en una oportunidad Steven Wilson dijo “What?” causando la risa de todos. En el medio de la descarga del tema Sectarian cayó la cortina traslúcida frente la euforia de los presentes. Al finalizar el tema, Steven Wilson saludó al público diciendo: “Well here we are. First I want to say thank you so much for coming. I really had no idea I had any fans at all in Venezuela” [Bueno, aquí estamos. Primero quiero agradecerles tanto el haber venido. Verdaderamente no tenía ni idea de que tenía fans en Venezuela], ante lo cual la muchedumbre gritó. Comentó también que éste era su primer viaje a Venezuela e introdujo el tema Postcard, un tema particularmente delicado y suave con el piano como instrumento base. Wilson continuó con su repertorio con Remainder the Black Dog, con elementos de jazz-rock interrumpidos por fuertes descargas con el Chapman Stick, guitarra, batería y teclado, que sonaba a lo Emerson, Lake & Palmer. Los temas que le siguieron fueron Harmony Korine, Abandoner, Like Dust I Have Cleared From My Eye, y luego de manifestarse agradecido por la banda que tiene, confesó que actualmente está componiendo muchas de sus piezas considerando el virtuosismo de su banda, y aprovechó el momento para presentar un tema totalmente nuevo llamado Luminal. Steven Wilson terminó su delirante tormenta musical con piezas de ritmos tribales y experimentales, en particular los temas No Part of Me, Raider II Parts 1-6, para luego irse, y al cabo de unos minutos de cerrado aplauso y gritos, regresó al escenario portando una máscara de gas e interpretó Get All You Deserve. Al finalizar la presentación, Steven Wilson presentó a su banda, y todos se retiraron del escenario en el orden inverso al que llegaron, pero como el público se quedó gritando y aplaudiendo por un largo rato, Wilson volvió a aparecer, por segunda vez, e interpretó sin su agrupación y con una de sus tres guitarras, los temas Even Less y Trains, ambos de su otro grupo Porcupine Tree, y los cuales fueron totalmente coreados por el público.
Steven Wilson se sintió feliz de tener un público tan efusivo en Venezuela, y dejó a los sortarios asistentes a su presentación ebrios de sonoridad, estímulos visuales, y virtuosismo musical.