EL EMBRUJO DE LAS FLORES

 Rosario Flores abrazando a su público
Rosario Flores abrazando a su público

Artículo publicado en Revista Zeta el 29 de junio de 2012

Rosario Flores cantó en el Teatro Santa Rosa de Lima y agradeció a su público por dejarla hacer lo que tanto ama: cantar y bailar.  “Gracias por sentirme, por dejarme cantar y bailar porque esa es mi vida y no sabría que hacer si no pudiera hacer esto. Así que gracias porque os siento en vuestros corazones. Gracias Caracas”.

Por SARA KAFROUNI

Rosario Flores contagió la sala del Teatro Santa Rosa de Lima con su explosiva energía. Danzó y brincó hasta el último minuto. Con una amplia sonrisa y vestida con un body-short de lentejuelas negras, que dejaba ver sus torneadas piernas, acompañado con un blazer 3/4, la “Gypsy Funky” de las Flores repetía constantemente “que las palmas lleguen a mí” mientras cantaba cada uno de sus éxitos y otros tantos de su último álbum titulado Raskatriski: luz de su infancia.

Nuevamente, la magia de la gitana, Rosario Flores, hechizó a los venezolanos al salir al escenario de un brinco y al ritmo de un rock funky que entonó: “Quien dice que las Flores no sabemos cantar funky. Quien dice que las Flores no sabemos cantar funky…Iee, iee…Yo nací al compás de los duendes en el aire, y en mi cuna una guitarra de lunares y volantes”,  letra de la canción Gypsy Funky, un tema que hace honor a su sangre gitana, y narra extractos de su vida entre el canto, la rumba flamenca, y su familia: su madre Lola Flores, su padre Antonio Gonzalez “el pescailla”, y su hermano Antonio Flores de quien asegura que aprendió otros ritmos diferentes a la rumba flamenca y el canto catalán.

Al terminar su primera canción, Rosario Flores se dirigió al público y le agradeció por sentir su música, y prometió hacer un recorrido por sus canciones “las de antes y las de ahora”, que interpretó durante la hora y 38 minutos que duró el concierto. “Caracas, Venezuela, un placer estar de nuevo aquí con todos vosotros. Para mi es un placer visitaros porque de verdad que me tratais super bien, sentís mi música, me haceis grande, me haceis sentir una artista, así que esta noche la vamos a pasar bien. ¿Vale? Va a haber mucha energía y vamos a llamar a los duendes. Que se vengan; que se vengan aquí conmigo” , dijo a su público e inmediatamete inició el tema La ley seguido del tema Aguita de río, una de las canciones de su último álbum Raskatriski, el cual Rosario introdujo diciendo que por un momento quería ser esa aguita de río para llevarse las penas que siempre se llevan por dentro.

Un energico “cante jondo” fue el concierto de Rosario Flores, quien puso a cantar al público con sus ritmos tropicales, rock y rumba flamenca entre los que estaba la rumba Al son del tambor, en honor a su padre,  Te quiero vida mía, Mi son, Agua y sal, La rumba del bongo, Estoy aquí solita, Yo quiero vivir, Como quieres que te quiera, Quiero cantar, No dudaría de su hermano Antonio Flores, y el tema Queremos marcha, a una sola voz con el público. “Qué viva el amor”, dijo Rosario Flores al dedicarle  la canción Algo contigo a una pareja del público que años atrás se enamoró con ese tema, y que se comprometió esa noche, ante el sostenido aplauso de los presentes. Otra de las confesiones de la noche fue cuando Rosario Flores recordó a su hermano, “el ser más bonito” que hubo en su vida, con el primer tema que escribió en letra y música. Rosario Flores dijo que ella creía que ese tema, Qué bonito, se lo habían enviado desde el cielo los ángeles que ella tenía allá, interpretación que le sacó algunas lágrimas a los presentes.

Rosario Flores, luego de enceguecer de radiancia a su público, se despidió del escenario poniendo a todos de pie y a bailar, pero el público quería más. Durante minutos, todos pidieron con gritos y aplausos que Rosario Flores regresara al escenario, pero no fue sino hasta que el público empezo a  corear “Flores, Flores, Flores” que la alegre y dinámica gitana volvió. “Eso es lo que me gusta: que me llameis, que me llameis. Me encanta que me llameis, aquí estoy”, dijo y empezó a sonar el tema Lucía ,original de Joan Manuel Serrat, mientras del público le gritaban “Rosario te amo”, a lo que ella respondía con mucho cariño: “y yo a vosotros”. Rosario Flores cerró su descarga con su banda, compuesta por  una guitarra electrica, batería, coros, percusión, guitarra flamenca y bajo, con los temas Sabor, sabor y El meneito, el cual volvió a poner a todos de pie, a aplaudir y menearse. “Bueno Caracas, que el Señor os bendiga. Que tengais mucha salud. Nos vemos muy pronto. ¿Vale? No olvidaros de nosotros, que volveremos prontito. Os llevo en mi corazón. No tengo palabras. Hasta siempre Caracas. ¡Gracias!”, dijo en despedida esta gran flor musical que plenó a Caracas con su aroma de frescura, calidad humana y energía positiva.