DEBUT MAGNIFIQUE CON LUNFARDO

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Andrea Herrera Catalá

Andrea Herrera Catalá debutó con su primer largometraje comercial titulado Nena, saludame al Diego en Cines Unidos del Centro Comercial Líder, en Caracas. Con una invitación en forma de pasaje de avión estilo Pan Am de los 70s, y una calcomanía que decía “Basta de Balas”, cada uno de los invitados “abordó” las finas salas de proyección de este largometraje, siendo recibidos por anfitrionas vestidas de aeromozas, por los artistas, productores y la directora, quienes dieron la bienvenida y dirigieron unas palabras sobre el film en cada una de las salas. Cayito Aponte, quien interpreta el papel de Joaquín Rivera (descrito como “más amigo que jefe”) señaló que la película es un cúmulo de mensajes familiares y profesionales, la cara agradable de los venezolanos. “Lleva unos mensajes hermosísimos. Además, difiere de muchas películas venezolanas que muestran esa cara fea con la que tenemos que convivir diariamente, y lo peor es que esa cara fea también se va hacia el exterior. Aquí tenemos representantes del exterior que van a compartir con nosotros y se han sentido bien con nosotros los venezolanos. Yo creo que todos esos mensajes están metidos subliminalmente dentro de la película, que toca temas muy hermosos desde familiares, profesionales, de las diferencias de maneras de pensar y de las maneras de actuar. Hay también la advertencia hacia cosas malas, que inmediatamente se critican, de una manera muy directa, dentro de la película, y se alaban las cosas hermosas que tenemos los venezolanos. Bueno, me incluyo en esas cosas hermosas” dijo riendo el gran Cayito Aponte.

Por SARA KAFROUNI

La joven directora de 36 años, Andrea Herrera Catalá, quien inició su vida profesional en la carrera de letras y luego de un año se dedicó a estudiar su verdadera pasión que era el cine en Chile, asegura que la película Nena, saludame al Diego inicialmente fue el trabajo de tesis de Valentina Martínez, quien lo desarrolló tomando en cuenta la historia de su hermana Amapola cuando decide irse a Estados Unidos y un grupo de argentinos le brinda cobijo. “Valentina Martínez escribió este guión y lo desarrolló a partir de la historia de su hermana Amapola. Ellas son mexicanas, mitad mexicanas y mitad venezolanas, y estaban viviendo en México cuando su hermana se fue a estudiar a Estados Unidos, al norte, y ahí nadie hablaba español así que se encontró con un grupo de argentinos que la agarraron, la acobijaron, le dieron amor básicamente y se enamoró completamente de la cultura argentina, de Diego [Diego Armando Maradona], sintió un sentido de pertenencia. Cuando regresó a México hablando como argentina, la guionista la vio y le dijo ‘¿Por qué tú estás hablando como argentina? Qué es lo que te está pasando?’, y ella le echó todo el cuento. A partir de allí, a Valentina le pareció pertinente y como divertido contar qué pasaría si una persona decide cambiarse la nacionalidad sin tener algún precedente o dato en su historia que le permita cambiar la nacionalidad. Es decir, no es que yo soy venezolana y mi abuelo es gallego y por eso me puedo cambiar la nacionalidad a la española. Yo estaba full de trabajo y Delfina [la productora] fue la primera que se leyó el guión. Delfina me llama un día al set y me dice: ‘¿Mira Andreita, te leíste el guión?’ y yo ‘No mamá’, yo realmente le digo Delfina, ‘No Delfina, no he podido, he estado full’. Y me dice ‘ok, muy chévere tu historia y todo lo que tú quieras hacer, pero yo creo que esta historia está buena y esta historia vale la pena que tú la cuentes’. Y a partir de ahí la leí y me encantó, me gustó muchísimo el tema de comedia. Había muchos elementos de identificación con mi vida personal, lo cual para un director  es esencial. La recomendación siempre es que lo que tú cuentes es porque tienes una necesidad verdadera desde tu interior de contarla, porque solo en esa medida va a ser o verdad o importante, o vas a tener elementos para contarlos. Y ahí había un montón de cosas que a mí me interesaban y que se parecían a mi vida, como el sentirse de otro lado”. Andrea Herrera Catalá explica que desde el momento que leyó el guión se sintió identificada con la historia porque al criarse en Francia le costó adoptar la cultura venezolana como suya sin siquiera conocerla: “Yo nací aquí; después mis padres se fueron a estudiar a Francia. Me llevaron a los 3 años y ahí vivimos 5 o 6 años. Yo aprendí primero el francés que el español. Cuando regresé para acá fue un shock porque no sabía hablar español y así como de la nada me dijeron: ‘Aquí está el cuatro, aquí está la arepa y aquí está la cachapa. Quiérelo, ámalo. Esto eres tú. Estas son tus raíces’. Y a los 9 años tú no entiendes mucho eso, y las diferencias culturales entre un francés y un venezolano son abismales. Entonces, que a los 10 años tengas ese choque cultural tan fuerte, sí, a mí me marcó de por vida y yo nunca me sentí… la verdad, yo nunca me sentí muy venezolana. Incluso cuando yo me fui a Chile a estudiar a los 18, yo agarré por completo el acento chileno y yo creo que es como una cosa de metamorfosis, como de ser como un camaleón, y entender la cultura mejor, pero yo cuando regresaba acá, hablaba como una chilena y todo el mundo me decía ‘¿Pero por qué?’. Entonces hizo falta realmente esta película, desde que volví, estos 13 años, para que yo me entendiera como venezolana y me sintiera cómoda con eso. Eso ha pasado ahorita, en estos últimos 5 años porque para hacer la película no fue un tema fácil. Estás hablando de una venezolana que no lo quiere ser, de una venezolana que desde el fondo de su corazón es argentina y se siente identificada mucho más con otra cultura, entonces, no es fácil”.

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Andrea Herrera Catalá

Andrea Herrera Catalá comentó que en la trama principal de Nena, saludame al Diego se ve muy claro un problema de identidad que, según considera, siempre ha existido en muchos venezolanos, quienes no les gusta defender su nacionalidad ni cultura sino adoptar las heredadas por algún abuelo o pariente directo que es extranjero. “El venezolano siempre ha tenido un problema de identidad. Fíjate la reacción que hubo en la mayoría de los venezolanos con el video ‘Me iría demasiado’. Además es muy loco que salga ‘Me iría demasiado’ porque nosotros llevamos cinco años trabajando en este proyecto. Valentina y yo lo utilizamos mucho porque es una forma de retro-alimentarte con lo que está pasando en la realidad y de burlarte de ti mismo. Pero ojo; en el momento que sale, yo siento que eso era un testamento de una gente que estaba diciendo lo que sentía. Yo que tengo estos 13 años viviendo acá, siento que el venezolano ha tenido una reflexión sobre quién es, para bien o para mal. Creo que hoy por hoy el venezolano por lo menos se lo pregunta, se lo cuestiona. Esta camisa que tengo es diseño venezolano, y esto antes no pasaba porque había un consumo mayoritariamente extranjero y creo que lo que está pasando dentro de Venezuela es atractivo culturalmente. Creo que el problema del venezolano viene desde muy atrás, y que el venezolano siempre ha querido ser de otro lado”, acotó la directora, quien además explica que la trama, al ser contada en términos de comedia, la hace más atractiva en cuanto al desarrollo de la historia y en cómo se enfoca el conflicto familiar-nacionalista de Sofía (Sofía Bertolotto) al asegurar que es venezolana por un “error de la cigüeña”, pues tiene fuertemente arraigados la cultura e idiosincrasia que férreamente defienden los argentinos de nacimiento.
Para la protagonista, Marialejandra Martin, quien interpreta el papel de Isabel Paz (la madre de Sofía), esta película fue una experiencia increíble en la que se logró que funcionara el vínculo madre-hijas, gracias al punto de encuentro propicio creado por la directora, pues Andrea siempre estuvo buscando la naturalidad en el desarrollo de la dinámica madre-hija: “Nosotros echamos broma con las armas de las madres que es que hay un peinazo que lanza, te cae a cholas, hay un ‘nos vamos ya para la psicóloga’. Cuando todas esas cosas no me sonaron a momentos álgidos con la relación de mi madre, decía ‘No, vamos de nuevo. Yo necesito escuchar a mi madre ahí’. Las relaciones entre madres e hijas están llenas de contradicciones siempre, y es mujer y mujer. No es hija-padre, que ahí se establecen otras dinámicas, y si una cosa buena está en la película es la relación entre esas dos mujeres”.

EN HONOR A LOS GRANDES

El frescor del cine bohemio y sin sentido aparente se ve reflejado en Nena, saludame al Diego. Sin embargo, la interpretación de Pepeto y Cayito Aponte en el film le confieren un rasgo distintivo de la cultura venezolana. Según explica Andrea Herrera Catalá, el hecho de que estén Cayito y Pepeto es una forma de homenaje a quienes desarrollaron la comedia en Venezuela, durante la programación de Radio Rochela “Porque de ahí venimos”, dice. “Yo estaba haciendo una versión libre de lo que para mí es la comedia, que no necesariamente tiene los códigos de la rochela, porque no los tiene, pero que yo nací y crecí viendo a Emilio Lovera en la Rochela. Yo fui una gran fanática de Radio Rochela durante mucho tiempo. El personaje Cayito es el de Joaquín, que es como el jefe hermano del alma de Isabel,  alguien que se maneja bien en la comedia, pero que también puede tener como un registro natural.  Es una forma de hacerle un ‘chapeau’ gigantesco a la comedia venezolana de toda la vida, de la que ellos son los padres. Imagínate el honor que es tener a Cayito y a Pepeto, pero dirigir a Cayito es difícil porque Cayito es una institución, y porque él sabe qué hacer, entonces tú lo que tienes que hacer es entrar en complicidad con él y dejarte llevar, y que él te lo dé todo desde su lugar. La verdad Cayito tuvo muchísima generosidad. Yo con esta película fui muy clara. Si bien yo busqué muchos colaboradores y quería que desde sus lugares ellos me aportaran, yo entendí ese guión absolutamente desde adentro, aunque yo no lo hubiese escrito y yo sabía muy bien la obra que en definitiva todos queríamos hacer, y creo que esa claridad hacía que Cayito confiara. No fue un choque entre dos generaciones sino que por el contrario ‘Esta carajita me está invitando, y bueno, sí. Vamos con ella”. Al igual que Andrea Herrera Catalá, Cayito Aponte confirma que la interacción en esta película fue un proceso de retro-alimentación, pues asegura que de la “gente nueva se aprende mucho y nos llena de energías nuevas. Lo que pude aportar fue mis pequeños andares, haciendo un papel que me venía como anillo al dedo porque estuve 51 años metido en canales de televisión, así que estar en Canal Cultura no lo extrañé en absoluto, y fue muy grato compartir con personas como la directora, que yo llamo ‘la mujer de hierro del cine venezolano’ porque es fortísima, mi hermana y querida Mariale Martín, que nosotros somos novios platónicos según ella, y con todos esos muchachos que vinieron de Argentina y España, que vinieron a conocer una Venezuela distinta de la que normalmente se enteran por los periódicos, por los noticieros. En esta película no hay violencia, no hay muerte, no hay robos, es una Venezuela distinta aunque de una manera subliminal se envían unos mensajes críticos que la gente seguramente va a captar”. Entre risas, Cayito comenta que  la experiencia de compartir con Pepeto nuevamente en un set de grabación fue un trabajo terrible porque Pepeto no quería salir de “la cueva donde está metido, que es su casa”, por lo que tuvo que rogarle que llegara al set, y cuando Pepeto llegó le dijo a Cayito: “¡Cayito, me sacaste del sarcófago!”.

Nena, saludame al Diego es una comedia que fue el centro de Andrea Herrera Catalá durante cinco años y, como su misma creadora afirma, es una película que busca retratar una Venezuela bonita que en principio muchas veces ni se ve ni se aprecia. Sin embargo, a pesar de ser una película “buena onda”, resalta una desdichada realidad: que muchos de nuestros jóvenes quisieran hoy no ser venezolanos.