Foto Juan Andrés Soto
El pasado martes, en el lounge del Trasnocho Cultural, se realizó el bautizo y lanzamiento de Kilómetro cero, el más reciente libro del célebre escritor Leonardo Padrón
Por SARA KAFROUNI
A las 7:30 de la noche fue la cita para el bautizo del nuevo libro del escritor Leonardo Padrón, en el que tanto su creador como Alberto Barrera Tyszka hablaron sobre las crónicas dibujadas con palabras y retratadas en Kilómetro cero.
En Kilómetro cero, Leonardo Padrón hace un recorrido por el género de la crónica y, en 21 de ellas, le da vuelta y atrapa la esencia de lugares, personas, la venezolanidad en el mundo, la política del país, viajes históricamente antagónicos tal como su visita a Cuba, y las letras que transpiran las cosas. Algunos de estos trabajos, como comentó el mismo escritor, ya han sido publicados en su columna en el diario El Nacional, pero también hay algunos que son inéditos, para el disfrute del lector. Para Padrón, este libro es un homenaje a la vivida crónica: “Es un homenaje a un género que me apasiona desde siempre. Yo soy un feroz lector de crónicas. Creo que es un género que tiene una inmensa fuerza en Latinoamerica. La crónica es un nicho para descifrar no solamente a Latinoamerica sino a un país tan cercano a lo absurdo como Venezuela, porque la crónica suele tener sobre el reportaje la ventaja de detenerse en los detalles, cruzar varios puntos de vista, ser un poco más morboso y tener menos inmediatez, y tiene además ese atractivo del trabajo con el lenguaje. La crónica tiene siempre una tesitura mucho más literaria que en el reportaje periodístico. En este libro hay una mezcla de temas. Hay crónicas de viajes que me apasionan, pero también hay muchas. Hay crónicas sobre el país en que nos hemos convertido en los últimos años, y que he estado publicando algunas de ellas en el Nacional, en mi columna. Hay algunos códigos que ya han tenido una importante caja de resonancia como Furor, esa crónica que escribí cuando acompañé a Capriles en una parte de su campaña electoral, o la que hice sobre cómo pasan los venezolanos la navidad en Weston que es una cosa absolutamente bizarra. Hay unas en las que me convierto en un actor literario como Jack Kerouac. Por otro lado, hay otras que rozan la reflexión personal, la cotidianidad, el humor, o sea hay un cóctel de ingredientes como toda crónica que se respete”.
Sin “decapitar el resto de los textos” y con el anhelo de que algunas de sus crónicas se conviertan en “postales de la nostalgia”, Padrón asegura que quizás una de las más emblemáticas, para como está trabajando la crónica en este momento, es la que abre el libro y que se llama Epidemia, pues es lo que ve reflejado en el país: “Epidemia es un poco lo que yo siento gravitando en el país, como una suerte de dióxido de carbono que es el odio y que hay actualmente como discurso, como gramática general. En ese sentido, es una crónica que apela a ser un retrato de lo más crudo, pero a la vez lo más entrañable posible de la Venezuela que queremos y de la Venezuela de la que queremos alejarnos”, sin desfallecer la esperanza de que Venezuela supere “su estado de convulsión natural”.
Las crónicas de Padrón en palabras de Tyszka
Los representantes de la Editorial Planeta aseguraron que Kilómetro cero, al igual que Los Imposibles 5, forma parte de su dinámica local y acentúa la importancia de la literatura venezolana. En la presentación realizada por Alberto Barrera Tyszka, este comentó que la crónica llevaba tiempo esperando a Leonardo Padrón, que estaba agazapada y que produjo en el escritor un movimiento interior que le permite contar el tráfico, las noticias y todo lo que pasa a su alrededor desde la intimidad del lenguaje, “que la realidad nunca es la misma y que el escribir es estar siempre en movimiento”. Para Barrera Tyszka, uno de los elementos de este libro se engloba con la frase “De todas las orgías posibles, viajar es la mayor que conozco”, de Gustave Flaubert; pues, asegura que “la puntería de estas palabras es extraordinaria. A partir de ese momento, el lector deja la página en blanco para sumirse en un lenguaje que es también un tránsito, un intercambio, un desorden sensorial que crea un nuevo orden, otra experiencia de los sentidos; no hay azar en los epígrafes. Leonardo Padrón sabe muy bien como convertir un texto en un viaje, un libro en una orgía. (…) Una gran parte de las crónicas de este libro están escritas desde otro lugar, desde el sentido físico del viaje. Leonardo Padrón está en Praga o en Cartagena, en Salamanca o en Weston, en Bogotá o en Viena, y desde esas ciudades nos propone un relato que de inmediato nos jala, nos lleva, nos pasea por calles y experiencias desconocidas. Pero no se trata tan solo de asomarse a un paisaje nuevo. Narrar un concierto de Madonna le sirve también para indagar en la simbología del narcotráfico, o el relato de un festival de poesía en una ciudad ajena termina contándonos, de otra manera, la miseria política que vivimos. (…) Leonardo Padrón no es un guía turístico, por suerte para todos; sus crónicas siempre se cuelan debajo de los mapas”.
Kilómetro cero es un libro en el que Leonardo Padrón recorre kilómetros alrededor del mundo; los percibe, los vive y en sus relatos vierte dinámicas sociales diferentes y espasmódicas, con la facilidad del lenguaje que le permite iniciar desde cero cada nueva experiencia.