LA MAGIA DE QUEEN

"Dios Salve a la Reina", uno de los mejores tributos a Queen, contagió con su magia a los asistentes al concierto el pasado sábado en el diario El Naciona
“Dios Salve a la Reina”, considerada la mejor banda tributo, contagió con su magia a los asistentes al concierto dado en Caracas

Publicado en la revista Zeta el 4 de julio de 2013

Caracas revivió el gran concierto dado por la emblemática agrupación de rock Queen en el estadio Wembley el 12 de julio de 1986 como parte de su tour llamado Queen’s Magic Tour

Por SARA KAFROUNI

No eran los 75 mil fanáticos británicos que atiborraron el Wembley y aclamaron a la agrupación en el ’86, pero los miles de rockeros criollos que estaban esa noche del sábado en el estacionamiento del diario El Nacional podían jurar, sin recelo, que habían vuelto por el túnel del tiempo a la Venezuela barragana y de los grandes conciertos en el Poliedro, o por el contrario, que quien les cantaba era la reencarnación del idolo Freddie Mercury junto a sus compañeros rejuvenecidos. El sonido era impecable y muy similar al sonido de Queen, tanto por la guitarra de “Brian May”, con réplica de su emblemática Red Special [hecha a mano], el bajo gordo del tímido “John Deacon”, los falsetes y la rubia melena de “Roger Taylor” y hasta la tesitura y timbre vocal, movimientos escénicos, y por sobre todo, el parecido físico del argentino Pablo Padín inexplicablemente igualando al inigualable Freddie Mercury. Para los asistentes, Freddie estaba allí.

En esta oportunidad, el tributo a Queen realizado por “Dios Salve a la Reina”, considerada la banda tributo más exacta del planeta, no solo llenó de remembranzas a los fanáticos que alguna vez pudieron presenciar en vivo a la banda original o a los que en septiembre de 1981 se quedaron con sus boletos en la mano porque murió Rómulo Betancourt (conciertos cancelados por duelo), sino que energizó especialmente a los más jóvenes, incluso niños, que presenciaron la calidad musical y actoral de la banda argentina que busca reconstruir en los sentidos de los fanáticos la exuberancia de Freddie Mercury en la figura de Pablo Padín, la destreza de Brian May representado por Francisco Calgaro, el reservado John Deacon en la figura de Ezequiel Tibaldo, y la potencia de Roger Tylor en la batería de Matías Albornoz.

Al igual que en 1986 en Wembley, a la 9:30 en El Nacional, empezó a sonar una voz sórdida acompañada con la batería que dio inicio al tema One Vision acompañado luego por la resonante guitarra de Francisco Calgaro, quien vestido con unos pantalones y camisa blanca también lucía la rizada cabellera de May, y con una ola de aplausos y gritos de fondo salió el ídolo de la noche vestido con el icónico atuendo de Freddie Mercury, de chaqueta amarilla con varias correas, pantalones blancos de rayas rojas, zapatos Adidas clásicos, y por supuesto el corte, bigotes y pecho velludo de Freddie Mercury. Aparte de la voz, lo que hace a Pablo Padín el mejor intérprete de Freddie es la actuación exacta, con los movimientos, los bailes, los gestos con la boca, la forma de tocar el piano, de levantarse, interactuar con el público, el desparpajo, la arrogancia graciosa, como agarra el micrófono y hasta la capacidad de conmocionar a la masa, y al unísono ponerla a cantar coros y estribillos como el de “leeero leleleeeeero” y hasta decirles “fuck you” como lo hizo jocosamente Freddie Mercury en Wembley porque el público logro seguir cada uno de los complejos cantos que les hacía repetir, lo que causaba una risa cómplice entre quienes entendían la picardía y lo peculiar de la personalidad del cantante.

Al ritmo de Tie Your Mother Down, “Freddie” subía y bajaba las escaleras del escenario y gritaba “give it to me” y el mismo saludo de Wembley cuando dijo: “Hello again my beauties, is everybody ok?  Wanna fool around?”, seguido con los acordes del tema In the lap of the Gods, el tema Seven Seas of Rhye, Tear it up y luego A kind of Magic.

El argentino Pablo Padín reencarnando al ídolo Freddie Mercury mientras el público lo aclamaba
El argentino Pablo Padín reencarnando al ídolo Freddie Mercury mientras el público lo aclamaba

El vocalista alternó su vestuario en tres oportunidades, despojándose de su chaqueta, utilizando un sombrero de “bobby” Ingles, una chaqueta con capa blanca, hasta quedarse sin franela mientras interpretaba temas como Under Pressure,  Who Wants to live for ever, I Want to Break Free, seguido por el solo conceptual Brighton Rock compuesto por Brian May en 1973, Love of My Life, Baby I don’t Care (Elvis Presley), Hello Mary Lou (version Ricky Nelson), una alegre interpretación del tema Tutti Frutti (Little Richard), Bohemian Rhapsody y Hammer to Fall. La agrupación culminó la réplica del concierto de Wembley con los temas Radio Ga Ga, acompañado en coro por un vibrante público, We Will Rock You, y la celebratoria We are the Champions, y como era costumbre al final de cada concierto de la gira del 86, vestido con una capa de rey y con una corona roja “Freddie Mercury” se paseó por el escenario dando las gracias al público mientras sonaba la versión de Brian May del himno nacional del Reino Unido God Save the Queen.

La nota más agradable de la noche fue ver a un niño de ocho años cantando absolutamente todas las canciones y meneando su lisa cabellera junto a su eufórico padre cuarentón que igualmente se las sabía todas. ¡La magia de Queen!