LA VIUDA ALEGRE

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Foto DANIELA SERRANO

Publicado en la Revista Zeta el pasado 30 de agosto de 2013

La primera actriz Rosario Prieto estrenará su monólogo humorístico “Viuda de varios”, en donde revelará a viva voz sus emociones, vivencias, amores, infortunios y alegrías que formaron parte de su vida, acompañada de sus grandes amores, del cual solo uno está vivo. En este monólogo autobiográfico Rosario Prieto, a sus 71 años de edad, desnudará la piel triunfante de una mujer del siglo pasado y las implicaciones que tenía ser mujer en su juventud. Previo a su debut en el Teatro Urban  Cuplé en el CCCT de Caracas, Rosario Prieto contó en exclusiva para Zeta algunas de sus reveladoras anécdotas

Por SARA KAFROUNI

“Quiero advertir que esta noche hablaré única y exclusivamente de los hombres importantes que han pasado por mi vida. Si en la sala se encontrara de cuerpo presente alguno que haya tenido conmigo un pase de corriente, una noche de copas, una noche loca, un tumbi-tumbi, un roce o mirada lasciva y no lo nombro, que se haga el loco, que sonría y calle para siempre. Que sonría como una Miss”.  Con esta advertencia inicia Rosario Prieto sus confesiones, y con un gesto de Miss saluda al público dispuesto como en un “café-concert” donde el reto, según afirma Rosario Prieto, será lograr que las personas no hablen sino que se reían. De esta manera, estará comprobado que Rosario la “Viuda de varios” los cautivó.

Según comenta Rosario Prieto, “Viuda de varios” es un texto autobiográfico, escrito por ella y que tiene en su repertorio desde el 2006, pero que solo había usado para ayudar a recaudar fondos para causas sociales como fue el caso de Acción Solidaria, una asociación civil sin fines de lucro de prevención y atención del VIH, para la cual estrenó esta pieza. Sobre el nombre de la pieza autobiográfica comentó que cuando decidió hacerla utilizó como referencia la frase que se usaba de “está muerto” para referirse a una relación que ya había terminado, sumado al hecho de que los hombres más importantes de su vida ya habían fallecido menos Richard Herr. “Esto es autobiográfico. Está escrito por mí. Hablo solamente de las relaciones importantes, de los hombres importantes que han pasado por mi vida. Cada uno tiene una mención especial; en cada uno hay una vivencia distinta, todo relacionado con el tiempo y la música. Porque cada amor tiene una música y cada recuerdo tiene un olor, como digo yo. Realmente yo hice este monólogo fue para regalarlo cuando me pedían algún [obra a] beneficio, para ayudar a labores sociales y para no tener que pagar derecho de autor, para no tener que pagar dirección, y así todo el dinero que se reuniese fuese para la fundación. Yo lo estrené a beneficio de Acción Solidaria, el 15 de marzo del 2006. Entonces, yo la tenía ahí y hablando, decidí hacerla, porque a mí me cuesta mucho trabajo estar con muchas personas en el escenario, porque yo tengo 15 años trabajando sola. He hecho dos, tres obras de teatro, pero he estado haciendo monólogos. Antes, cuando yo estaba joven, que terminabas con alguien y otra persona te preguntaba: ‘¿Mira, y el fulano?’ y tú decías: ‘No, él murió’. O sea, para decir que se acabo la relación. Basado en eso fue que yo hice esto. Y quería hablar de mis amores, pero me di cuenta  que algunos ya no estaban y me decía ‘oye pero este no esta, este tampoco está, el único que queda es este’. Francisco murió después que yo estrené el monólogo y Carmelo La Pira falleció también, por eso el final del monólogo tuve que cambiarlo y escribir otras cosas. Jossué Gil fue quien me ayudó en eso. Él es quien me dirige y él fue el que me ayudó a que pudiésemos reconstruir esto”, comentó Rosario Prieto.

En “Viuda de varios”, Rosario Prieto baila, canta y se pasea por todo el escenario, acompañando sus historias con temas musicales como el Danubio Azul de Johann Strauss, que  representa su primera etapa como bailarina de ballet, su representación de Las chicas de Renny mientras rememora su paso por el “Show de Renny”, seguido de los populares Así Así, Caminito de Guarenas y el clásico tema de The Beatles Yesterday cuando cuenta sin disimulo que Richard Herr la dejó por una Miss, de quien Rosario Prieto se reserva el nombre para los espectadores. Y como elemento de drama, la majestuosa actriz con el universal tango de Carlos Gardel El día que me quieras le rinde un homenaje al cantante y Voz de Oro de Venezuela Héctor Cabrera. En honor al hombre que ella dejó “como lo dejaron todos” y  que “cantaba tangos extraordinarios”.

LOS AMORES

“Viuda de varios” no es solo una forma de acercarse a la intimidad de Rosario Prieto, sino de conocer una época que según revela la misma actriz era muy difícil para las mujeres, como esposas y para quienes decidían ser artistas. Rosario construye su relato siguiendo el hilo de su relación con Chucho Sanoja, Richard Herr, Francisco [apellido en reserva], Héctor Cabrera y su polémica relación con Carmelo La Pira, quien era 20 años menor que ella y con quien mantuvo una relación de siete años cuando ella tenía 40 años. Sin titubeo y defendiendo los derechos de las mujeres, Rosario Prieto se ríe de la concepción estandarizada en una sociedad machista, donde los hombres sí podían tener una relación con mujeres 20 años más jóvenes que ellos, pero las mujeres no. “Nosotras no tenemos derecho”, sentencia la actriz.

Pese a las dificultades y desamores, la actriz asegura que lo que pareciera trágico en un momento, luego deja de serlo. El momento llega y todo cambia: “En la época cuando yo tenía 20 años, que me dejó Richard Herr, lloraba por todos lados. Lloraba en las esquinas, en los taxis, en las bodegas, en las farmacias, en todas partes. En todos los rincones que encontraba me ponía a llorar y no me daba cuenta que con 20 años tenía toda una vida por delante, pero cuando uno tiene una relación tan rica y tan divina a uno le parece que se le acaba el mundo porque estás en esa situación, pero después viene el otro, y otras oportunidades, y lo que te hizo daño en un momento, que te hizo sufrir, luego te da risa porque los humanos somos así. Claro, de lo único que no te ríes es de la muerte y de la enfermedad, pero de los cachos sí. Realmente las cosas que uno en un momento determinado ve como trágicas, después te matan de la risa”.

LAS LECCIONES

En “Viuda de varios”, Rosario Prieto aprovecha para dar testimonio de lo que fue su primer matrimonio y de la lección de vida que le dejó el gran músico y primer esposo Chucho Sanoja. Con él aprendió a no dejarse tratar mal como mujer, pues mientras ella se dedicó a formarse como artista y estudiar coreografía en Nueva York, su marido disfrutaba estar detrás de muchachitas. “Cuando yo me caso con Chucho Sanoja, aprendí una lección extraordinaria. Fue el no permitir que nadie se burlara de mí como mujer y me fuese infiel. (…) Antes tú eras la señora de la casa. Lo que hiciera tu marido en la calle no era de tu incumbencia, y a mi marido le gustaban las prostitutas. Entonces, uno no entendía nada y aceptaba todo. Hasta que te das cuenta, vas creciendo, de que es una burla esa forma de mantener un matrimonio, de que el hombre haga contigo lo que quiera, lo que le de la gana. Fue lo que me pasó en mi primer matrimonio. Él me deja la lección de no permitir jamás que un hombre se burle de mí como le dé la gana. Entonces, después, en cada relación, después de Richard porque fue él el que me dejó a mí, soy yo la que me voy. Yo soy la que los dejó mal. Aprendí que uno no debe permitir hacerse el loco porque eso fue lo que le enseñaron a uno cuando uno estaba joven, porque yo soy del siglo pasado, como lo digo ahí, de una época en la que las mujeres nos teníamos que casar vírgenes porque si no nos devolvían. No te aceptaban en las casas. Tenías que dedicarte a la mala vida o suicidarte. Y yo digo, bueno eso de suicidarme me parece tan horrible que mejor me meto a… ¿a qué fue que me metí? ¡Ah, artista! En este relato hay cosas que sí te van a producir muchísima risa, y hay momentos determinados en los que yo hablo de mis hijos que fallecieron, tengo que nombrarlos porque ellos estaban en mi vida, y nada más digo que con Francisco tuve tres hijos varones que fallecieron y aquí, ahora en mi soledad, cuando estoy triste miro al cielo en las noches a ver si en alguna estrella encuentro la sonrisa de mis hijos. Luego, Dios me regaló una hija que se llama Carolina, y entre Carolina y mi hija María Eugenia me dieron nietos, y esos nietos me dieron bisnietos, o sea qué más le puedo pedir a la vida”.

A Rosario Prieto, insigne artista de una extrañada época de oro en Venezuela, sólo le queda pedirle a la vida que le dé mucha más vida, para seguir llevando su bella sonrisa y su vibrante risa a más y más venezolanos.