Publicado en Zeta el 18 de octubre de 2013
El pasado sábado en el Teatro Chacao se estrenó “Flamenco Íntimo”, la más reciente producción de la bailaora venezolana internacional Siudy Garrido.
Por SARA KAFROUNI
Fotografía NELSON AGELVIS
“Flamenco Íntimo” inició con una suave melodía en guitarra, sumergido en notas de remembranza, tonos de nostalgia, luz tenue y un cante que acompañaba un escenario que representaba un mundo, una ciudad, donde se desplazaban personas, cada quien con su historia, así las tres amigas divinas y pretenciosas, la pareja cansada del tiempo juntos, la chica artística siempre detrás de un libro e inmersa en su soledad y en el amor de lo cultural e intelectual; el marinero y su novia que se separan cuando él debe zarpar, y el músico con los sueños en la maleta de su instrumento. La escena pareciera representar a personas que de alguna manera pierden la esencia de lo que los hacía felices, y que Siudy Garrido y su elenco le devuelven a través de la danza gitana y la fuerte luz interior que ellas portan, como guardada en una pequeña caja.
Lo minimalista en la escenografía, dándole preponderancia al tablao y la danza, es el elemento característico de la puesta en escena, la cual está compuesta por blancos cubos que irradian cálidas luces de color, la música envolvente y sublime interpretada por el español José Luis Rodríguez (Guitarra), Manuel Gago (Cante), Adolfo Herrera (Caja), el elenco de ocho bailaoras integrado por Derly Ramírez, Analí Alcántara Gordils, Patricia Morean Pérez, Patricia Cinquemani, Alessandra Oxford, Maria Corina Salcedo, Gaby Alfonso, Stefany Vivas y Claudia Gonzales y, por supuesto, el caudaloso y profundo flamenco de Siudy Garrido, completando así las nueve musas que inspiran a los hombres músicos a dejar el alma en el escenario, haciendo suspirar a los espectadores, mientras le confieren al flamenco magia y modernismo.
Siudy Garrido y su compañía viven el flamenco, sienten la música en cada zapateo, cada cante y melodía, y según ha referido su directora, coreógrafa y protagonista, Siudy Garrido, “Flamenco Íntimo” es una forma de hacer tangible todas esas emociones y transmitirlas a sus espectadores en “un viaje a través de los sueños, recuerdos, sentimientos, sensaciones y pensamientos profundos”. Es una conexión personal e individual vivida a través de la rondeña, seguirilla, alegrías, el cante a palo seco (solo), la soleá y la infaltable bulería.
El segundo acto de esta travesía estuvo guiado por un toque flamenco que luego de más de 10 minutos sirvió de acompañamiento al cante de Manuel Gago, vestido con una guayabera blanca y un sombrero Panamá cuan Rómulo Betancourt, quien dedicó su sentir a la “Novia en la Habana” y con gran profundidad le decía: “ay…tengo una novia en la Habana. Una gitana, sí señor… cuando mueve su cadera en la isla da ilusión. Tiene en su boca azuquita…y es la cosa más bonita, y es la cosa más bonita del Caribe”. Con este cante y el ritmo de las palmas, salió Siudy Garrido al escenario con un majestuoso vestido como de novia flamenco— un Bata de cola considerado como “la reina del flamenco” y uno de los bailes que requiere de mayor destreza para poder manejar el peso de la cola y no quedar atrapada en los giros—, y un abanico que usaba con mucha picardía para decirle a su pretendiente que también lo quería, que estaba un poco ansiosa y que de vez en cuando con una gracia divina colocaba entre su pecho para poder levantar la cola y hacer su excelso zapateo; mientras, repetidamente le gritaban desde el público “olé” y “vamo’”.
En varias oportunidades, el grupo de baile de Siudy Garrido tuvo la oportunidad de hacer bailes sincronizados, incluyendo el chal en la coreografía y movilizando los cubos de luz alrededor del escenario, y hasta usándolos como plataformas sobre las que las bailaoras se retaban y trataban de demostrar que una era mejor que la otra, en un contrapunteo corporal.
Siudy Garrido cerró “Flamenco Íntimo” con jaleo rodeada de su equipo, que mediante gritos como “hassa” y “vamos Siudy, haz lo tuyo” la alentaban para que realizara un explosivo baile, llevado por la improvisación y espontaneidad que subía y bajaba en intensidad, y que nadie sabía cuando terminaría, porque en dos oportunidades, cuando se creía que había terminado, Siudy se levantó con más fuerza y continuó sobre el tablao, hasta que sus bailaoras se le unieron y juntas realizaron un veloz y sincronizado baile.
En esta presentación la venezolana muestra la belleza del flamenco que puede ser apreciada incluso por quienes no son conocedores de la danza. De alguna manera, “Flamenco Íntimo” logra que un público diverso sienta como se sienten sus exponentes cuando están con el espíritu en brasas por el baile.
¡Y olé!