VIVES VUELVE A NACER EN TIERRA VENEZOLANA

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El colombiano Carlos Vives, nominado cinco veces al Grammy Latino de este año, visitó Venezuela el pasado sábado como parte de su gira “Corazón Profundo”. Luego de casi una década sin pisar escenarios, el cantante avivó con su frescura y carisma el renovado Poliedro de Caracas colmado de estrellas del teatro y la televisión, complaciendo a los fanáticos con un repertorio equilibrado que incluyó canciones de su nuevo álbum, también llamado Corazón Profundo, y algunos de los temas que lo llevaron al éxito como uno de los exponentes del folclor colombiano en exportación.

Por SARA KAFROUNI
Fotografía NELSON AGELVIS
Luego de varias horas de espera en el Poliedro de Caracas, amenizadas por la música del legendario Dj Angel Matt (ex miniteca ZC), a las 9:00 pm inició el ansiado concierto de Carlos Vives, quien ya había confesado sentirse a la expectativa sobre cuál sería el recibimiento que el público le daría en su regreso a los escenarios, luego de casi una década dedicado a su familia y otros proyectos en el área de producción artística.
Fuertes gritos impregnados de alegría y recurrentes “viva Colombia” y “te amo” dieron la bienvenida al artista colombiano, que salió en escena luego de la proyección de un video introductorio llamado “Agua”, que hacía referencia al origen de la tierra de Carlos Vives y su estrecha relación con la comunidad Guajira (Wayúu) del oriente de la Sierra Nevada, muy bien representada en la conformación de su banda La provincia, principalmente por Egidio Cuadrado, considerado como uno de los grandes acordeoneros que tiene Colombia.
En el video se muestra a Carlos Vives nadando en las playas de Santa Marta (Colombia) y luego dirigiéndose hasta la Sierra Nevada junto a dos niños de la etnia wayúu que lo llamaban Seywkuwi, que según la traducción del video significa “Familia del sol”. A lo largo del video, Vives recibe el mandato de cuidar su tierra y llevarla con él adonde sea que él estuviera. Y así hace. Luego de estas palabras, con un escenario coloreado y lleno de humo similar a la neblina de la Sierra Nevada, Carlos Vives sale al escenario con la esencia de su tierra en el corazón y enalteciendo el origen de su espíritu con el tradicional tema Déjame entrar, seguido de un emotivo y sentido saludo pronunciado despacio y casi contenido: “Buenas noches Caracas. Venezuela. Muchas gracias por la oportunidad de regresar”.
Acompañado por un esplendoroso juego de luces LED, que daban la impresión de llenar la tarima con figuras tridimensionales y que acariciaban el escenario al ritmo de las canciones durante las dos horas de concierto, Vives puso a bailar a todo el Poliedro con el jovial tema Como le gusta a tu cuerpo, cantado en portugués y español, pues originalmente es una colaboración que Vives realizó con  con el reconocido cantante brasileño Michel Teló (Ai, se eu te pego) y donde mezclan el sonido del acordeón del sur brasileño, conocido como “Gaita-ponto”, con el tradicional de la puya colombiana.
Carlos Vives aprovechó la oportunidad para presentar entre tema y tema a su banda La Provincia, empezando con Pablo Bernal en la batería, para luego seguir con Egidio Cuadrado, con quien dijo cumplir este año “20 años de matrimonio musical” y quien arrancó en su acordeón las notas puras del tema El pollo vallenato, provocando una algarabía que levantó a todos los fanáticos de sus asientos y los puso a bailar enérgicamente. Los que estaban sentados en las mesas VIP de “la olla”, graciosamente colocaron las sillas una sobre otra para poder disponer de mayor espacio para moverse.  Posteriormente, al ritmo de la flauta y del acordeón, Carlos Vives, con una sonrisa contagiosa y vestido con sus tradicionales jeans, una franela gris y su cabello rizado, empezó a entonar la famosa canción Gota Fría de su álbum “Clásicos de la Provincia” de 1994―orginal de Emiliano Zuleta y considerada por muchos colombianos como el himno no oficial de su tierra―, seguida por el pegajoso tema Matilde Lina.
Con su particular fusión de la cumbia y el vallenato, guiados por el acordeón, la armónica, la caja, la flauta, y fusionada con patrones rítmicos del rock acompañados por la batería y la guitarra eléctrica, Carlos Vives y La Provincia continuaron alimentando los recuerdos de quienes, desde hace 20 años, aplauden su osadía musical reflejada en sus producciones, y bastante notoria en el tema Las Mujeres (2009—Clásicos de la provincia Vol. II), marcado por los acordes en la guitarra eléctrica y la batería en combinación con el acordeón de Egidio.
Como en todo show, siempre hay una oportunidad para calmar los ánimos. En esta oportunidad  no fue un tema en sí, sino un Carlos Vives culto que hablaba de sus orígenes. Vives, acompañado por un halo místico y el escenario iluminado en color azul, empezó a tocar una larga flauta indígena, con una sola mano, simulando los sonidos de la naturaleza que dieron inicio a la canción Fruta Fresca, pero antes Vives explicó el origen de esa flauta conocida como “gaita” por los indígenas y dijo: “Cuando llegaron nuestros primeros antepasados españoles a esa tierra de donde venimos, de donde yo vengo especialmente, donde está la Sierra Nevada de Santa Marta; Cuando llegaron los primeros españoles, los indios tocaban estos instrumentos. Eran tantos instrumentos como indios, que sonaban en esa tierra. A los españoles les pareció que como nunca terminaba el aire porque eran tantos indios tocándolas, les parecían gaitas y les pusieron gaitas. La tradición en Colombia es la tradición de los gaiteros y de la tristeza nació la alegría en estos instrumentos en nuestra cumbia de Colombia”.
Para el deleite visual de los asistentes, las canciones como Carito,  Quiero verte sonreír,  Pa’ Mayte, Corazón Profundo, Como tú, Rock de mi pueblo, La Tierra del Olvido y Volví a nacer estuvieron acompañadas por un mágico juego de luces, videos y la letra de las canciones dibujadas y proyectadas en fuertes colores a través de una enorme pantalla LED dispuesta en la parte posterior del escenario.
Vives y su banda cerraron el concierto “Corazón Profundo” con el tema La foto de los dos y Cañaguatera coreados por más de cinco mil espectadores que vívidamente abrazaron con gozo, nostalgia de tiempos alegres y un aire de frescura el regreso de Carlos Vives, quien despidiéndose dijo: “Nosotros no nos queremos ir. No sé por qué hoy no los he saludado si son siempre la felicidad nuestra, mis hermanos de Colombia que están esta noche, ustedes saben para quién trabajo, y un beso grande a la Vinotinto. Si señor, al fútbol de Venezuela. Busquen en la historia porque nosotros los samarios [oriundos de Santa Marta] tenemos mucho que ver en el fútbol de Venezuela. Tú sabes como es la vaina [Juan Arango es colombiano por Jus Sanguinis]. Muchas gracias por esta noche, para nosotros es inolvidable. Muchas gracias por darnos la oportunidad de volver a nacer en esta tierra”. Y así al ritmo de las palmas, y del protagonismo de cada uno de los instrumentos que hacen única su música Carlos Vives se despidió de Caracas y le obsequió a sus seguidores un último tema, La fantástica.