Publicado en la revista Zeta el 1ero de noviembre de 2013
El pasado 30 de octubre se estrenó en Caracas la película Lo que tiene el otro, una coproducción entre Venezuela y España. En virtud del estreno, el director Miguel Perelló en exclusiva desde España comenta para Zeta algunos detalles de cómo surgió la idea de hacer una cinta donde refleja la vida de las telenovelas, pero más allá de eso plantea una línea argumental que muchas personas viven, ya sea por deseo de tener más o simplemente porque no tienen claro el objetivo de sus vidas. Lo que tiene el otro estará en las salas de cine comerciales a partir de este viernes primero de noviembre.
Por SARA KAFROUNI
Fotografía NELSON AGELVIS
Lo que tiene el otro es una historia que nace primeramente por la relación que tiene el director Miguel Perelló con Venezuela y especialmente con el director Alberto Arvelo. Según explicó el cineasta otra de sus razones fue sustentada por el mero gusto de hacer una comedia donde se mostrase cómo un español veía las telenovelas, sobre todo las venezolanas, y cómo éstas eran rodadas.
Miguel Perelló aseguró que este interés por hacer algo relacionado con el mundo de las novelas se debe al hecho de que este género televisivo ha sido siempre de gran consumo no solo en Venezuela sino en España y, por consiguiente, visto ampliamente por el público, especialmente por los hogares españoles de la clase media. El cineasta en sus declaraciones explicó que desde pequeño veía novelas y le despertó ese interés en sus peculiaridades. Recordó que una de esas novelas que veía de niño, cuando su mamá prendía el televisor, que lo llevó a desarrollar ese gusto por las telenovelas fue la producción venezolana “Cristal”, transmitida entre el año 1985 y 1986, en 246 episodios, y protagonizada por Jeannette Rodríguez, Carlos Mata y Raúl Amundaray. “Una de las novelas que impactó mucho en España fue Cristal. Estoy hablando de una novela de hace 20-25 años. Esa novela fue un éxito. Había una hora de la tarde española… eso sí, no se ponía nunca por la noche… unas veces en las mañanas, en un horario de un público femenino, y después por la tarde. Yo recuerdo a mi madre, cómo le entusiasmaba y cómo le gustaba la novela, como a mucha gente. Esa época de las telenovelas era tremenda. Yo soy un hijo de ella, y cuando digo que soy un hijo es porque yo he vivido eso en la distancia de la edad. Ahora ya no tienen mucho éxito las novelas, pero se siguen haciendo, y siguen captando la atención de un público determinado, naturalmente femenino”, comentó el cineasta.
Esta producción española-venezolana, del director Miguel Perelló, relata la historia de unos jóvenes actores españoles que se quedan sin trabajo y por sus vínculos con Venezuela deciden volar 6867 km hasta Caracas para conquistar el éxito. Sin embargo, cada uno tiene una aspiración distinta, un anhelo de tener lo bueno que el otro tiene en su vida, y que luego ese afán por la búsqueda de su centro, de su existir, los lleva a cruzar sus vidas con las de los caraqueños, también actores y algunos intelectuales, editores que se encuentran en la misma situación de la busca de su sueño personal. Sus historias se enlazan y todos viven como si estuvieran interpretando los papeles de sus vidas dentro de una telenovela de sueños dispersos. “La idea de esta película es mía. Yo le propuse a las guionistas [Esther Feldman, Lucía Puenzo] la idea, y por el otro lado estaba la coyuntura, porque ya yo había hecho dos películas con Venezuela y conocía algo del país y de la idiosincrasia venezolana con todo lo que es lo audiovisual, la televisión y la telenovelas, y también a que yo estaba en Venezuela debido a mi relación con Alberto Arvelo porque produje tanto “Una casa con vista al mar” como “Cyrano Fernández”. Entonces tenía una relación bastante unida con Venezuela. Yo le propuse a estos dos guionistas la idea de hacer una coproducción con España y de hacer una película de unos personajes españoles que iban a Venezuela a tener trabajo en relación con la televisión venezolana, que es conocida en el mundo por el éxito de lo que nosotros llamamos culebrones, pero que son las novelas en Venezuela. Después, el guión que me presentan en una primera versión, pues ahí lo que hacen no sólo es aunar todo lo que yo les pedía… y me hicieron pues una serie de personajes españoles que venía a Venezuela a trabajar, y después todos los personajes venezolanos que se relacionan con ellos, y de ahí está el nombre de Lo que tiene el otro, de lo que tienen todos y cada uno de los personajes que, en mayor o menor medida, desean lo que tiene el otro, y no precisamente lo económico, sino lo que tiene el otro de acuerdo a personalidad, carácter, trabajo, amistad, amor, etc. La historia es la llegada de unos inmigrantes españoles a un país, que llegan a un país que les es completamente desconocido— bueno no completamente porque si vienen a Caracas es porque hay un tío, un pariente de uno de los protagonistas, que ya vive en Caracas y regenta un hostal. Lo que tiene el otro trata un poco el conflicto de dos culturas diferentes, pero que al mismo tiempo como latinoamericanos que son, pues más fácil de llegar a un entendimiento. Todos deseamos lo que tiene el otro y en este caso con más ahínco ya que somos de diferentes países”, explicó el director.
El cineasta Miguel Perelló explicó a Zeta que él, al igual que muchas personas en España, crecieron con las novelas que se hacían acá en Venezuela, y lo que llamó su atención fue esa forma de rodar los capítulos velozmente y la gran capacidad de los artistas venezolanos para adaptar su interpretación a los guiones recién modificados; y de esa admiración por el trabajo artístico de Venezuela nace el interés principal de hacer Lo que tiene el otro. “En España yo he nacido con las novelas, no venezolanas solamente sino mexicanas, colombianas y argentinas. He nacido con esa televisión y todavía recuerdo claramente nombres de telenovelas que ahora mismo verlas sería de lo más exótico para mí. A nosotros lo españoles siempre nos ha llamado la atención, a algunos les ha gustado más o menos, pero a mí como cineasta me impresionaba mucho las historias que contaban, la eficacia y los personajes o los actores, cómo trabajaban. Y después que he sabido cómo se ruedan esas novelas, con la rapidez que se ruedan, y que los guiones son cambiados y entregados el mismo día a los actores que tienen la habilidad y el talento para poder hacer esos personajes… Todo ese cúmulo de cosas, a los españoles en general, llamaba mucho la atención, y a los que nos dedicamos a esto pues con mucho más brío. A mi me podría interesar otro tipo de cine que no se hace en España, y las novelas suramericanas no se hacen en España, y son una cosa propia y dura del mundo latinoamericano. Posiblemente, también sea un elemento atractivo cómo lo ve un español, como retrata el mundo de las telenovelas y de los personajes. Esto sale en algunas secuencias de la película, y una de ellas, mi preferida, es una novela dentro de la película, una escena que tiene Ana María Simon y Marisa Román. Es una recreación de cómo ve un ‘españolito’ las novelas de televisión venezolanas”, explicó el director español, quien siente una enorme gratificación al haber podido desarrollar el género de la comedia fusionado con el tema de las telenovelas latinoamericanas que tanto lo apasiona.
Lo que tiene el otro es una película producida por el polifacético Pedro Mezquita, protagonizada por los actores venezolanos Ana María Simon, Héctor Palma, Marisa Román, Héctor Manrique, Roque Valero y Jean Paul Leroux; y por los españoles Alejo Sauras, Ximo Solano, Nani Jiménez e Imano Arias y culminada hace cinco años. Aunque la película fue culminada hace cinco años, es ahora que Miguel Perelló realiza el estreno en Venezuela, aludiendo que el mundo del cine para él es como un “Expediente X” [Expedientes Secretos] porque como productor y director nunca sabe qué eventos se le pueden presentar. Asegura que ha estrenado películas inmediatamente las culmina, como también ha tardado 3 a 5 años para estrenar, y en algunos casos no se llegan a estrenar: “El mundo del cine es paradigmático. Nunca sabes que puede llegar a pasar. Como productor, que me ha pasado, puedo decir que es casi más importante el cómo se estrena una película que el cuándo”.
Lo que tiene el otro muestra un cine fresco, diferente, en constante movimiento, amenamente digerible, y que no está ceñido a ninguna época en particular sino más bien a una línea argumental que puede ser la realidad de los espectadores. Es una película que fácilmente puede hacer reír a carcajadas a los asistentes gracias a los rasgos distintivos de las dos culturas representadas.