PIPÍ Y PUPÚ SIN TAPUJOS

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Con el director Enrique Bencomo y sus actores

El pasado 6 de junio en las salas de cine comercial se estrenó la ópera prima Pipí Mil Pupú Dos Lucas de los hermanos Enrique y Fernando Bencomo. Una historia en donde el crimen natural tiene tintes del humor ácido característicos del venezolano. Previo al estreno y en vista de que el nombre per se ha generado una gran polémica de prejuicios, el cineasta Enrique Bencomo en exclusiva para ZETA comenta sobre su obra.

Por SARA KAFROUNI

Desde que se anunció por las redes sociales el nombre oficial de la película de los hermanos Bencomo, el revuelo ha sido grande no por la temática sino por su nombre. Sin embargo, Enrique Bencomo asegura que si bien no es favorable el juicio antes de ver de que se trata la película, la mala publicidad ha jugado a su favor dando a conocer por la misma gente que una película con un nombre tan “tercermundista” estará próximamente en carteleras. Ya sea por buena o mala publicidad, la gente sabe que existe y eventualmente se acercarán a ver de que se trata, y les gustará, según afirma Enrique Bencomo.

En relación al nombre de la película Pipí Mil Pupú Dos Lucas, Enrique Bencomo explica que en un principio el equipo de grabación bromeaba con el hecho de que en los baños públicos del interior del país cobran determinada suma de dinero según sea la necesidad fisiológica que tengas. “Bueno la explicación básica u objetivo es por los letreros de baño, que para hacer pipí pagas tanto y para hacer pupú pagas tanto, y que vimos en muchas locaciones. Entonces, el título esta inspirado en eso para darle un sentido humorístico; y en la parte conceptual, eso representaba un poco a la parte del origen venezolano en eso de la manera de decir las cosas, en los letreros del baño, con cosas creativas, muy típicas. Puede ser que mucha gente no la vaya a ver en primera instancia por el nombre; sin embargo, creo que en el hecho de que se cree un boca en boca después de que se estrene la película, y estoy seguro que eso va a crear una buena publicidad. Creo que va a ser una reacción en cadena sobre la película. De todas maneras, hemos tenido varias estrategias en las redes y directamente con las personas. Hemos rifado entradas y a la gente la parece buenísimo porque es una campaña para motivar a la gente a que la vea, y que se den cuenta que es una película completamente diferente”, señala Enrique Bencomo.

Con respecto a la temática, Enrique Bencomo asegura que tanto él como su hermano quisieron narrar la historia común del crimen, resaltando ciertos rasgos con humor. Según refiere el mismo director, Pipí Mil Pupú Dos Lucas, a pesar de que es una cinta enmarcada dentro del cine de guerrilla —para la cual apenas tenían un presupuesto de 10 mil bolívares que se fue principalmente en comida— es  una película estéticamente bien realizada y con un guión firme en el que se puede apreciar toques del cine de Quentin Tarantino, de los hermanos Ethan y Joel Coen, y de Martin Scorsese en las tres historias de crimen narradas en la cinta. “Vamos a ver un humor un poco más negro, más sarcástico. Es la típica historia de crimen solo que la manera en cómo decidimos crear la historia es mucho más sarcástica, más inteligente. Yo pienso que en el cine venezolano al espectador se le subestima, no se le da ese toquecito para que piense qué está pasando, y analice las cosas que se ven en muchas películas e inclusive en muchas situaciones aquí. Pero en el caso de Pipí Mil Pupu Dos Lucas tenemos un punto de vista muy distinto, tenemos una iniciativa muy lanzada, muy pensada y editada que te permite mantenerte en la silla todo el tiempo de la película, donde tú dices: ‘oye ya va ¿Qué pasa?’. Sin embargo, hay humor durante toda la película. En esta película no vamos a ver la misma situación de crimen. Aquí es algo más absurdo. Es como casi ridiculizar o es una parodia de sí mismos, de los que se encuentran ahí que son unos tipos que en el fondo son muy normales, es el típico malandro agresivo pero todos son unos imbéciles y toda esta situación absurda, la situación un poco de Venezuela, que se burla de ti, lo que crea un punto muy interesante y muy entretenido en ese caso”, explica el cineasta, quien asegura que desde el 2010, fecha en la que iniciaron la filmación de la película se las ingeniaron para darle la vuelta a las típicas historias de violencia creando una propuesta diferente y fresca que le pueda gustar a cualquiera del público.

Paradógicamente, Pipí Mil Pupú Dos Lucas sufrió las consecuencia de la misma delincuencia que narran sus directores en ella, pues fueron robados cuando ya estaban en postproducción, y tuvieron que volver a filmar parte del material perdido meses después, adaptando el guión a los cambios físicos que ahora tenían los protagonistas: “Sufrimos robos.  Se nos llevaron los equipos. Nos robaron la computadora con la que editaba. Después finalmente nos prestaron otras cámaras y pudimos terminar de grabar, porque la parte que habíamos perdido nunca la recuperamos y de hecho esas escenas nunca las re-grabamos, grabamos otras escenas con lo que teníamos en el momento, con los personajes distintos para hacer la historia mucho más interesante y dinámica. Tuvimos bastante suerte. En el caso de algunas escenas donde el personaje estaba gordo tenía el pelo distinto. Entonces, mucho tiempo después como ocho meses/un año después nos pusimos a ver cómo íbamos a hacer y se trabajo con eso… pensamos: ‘¿cómo vamos a resolver?’ y bueno decidimos hacer un flashback de las situaciones o escenas que nos faltaban, pero siempre muy pensado. Sí fue un poco improvisado la manera de ejecutar la grabación como tal, pero todas las escenas y todos los diálogos siempre fueron muy bien pensados. Esa fue la única parte de la película que sufrió por el presupuesto porque en sí un guión son dos personas hablando de cómo se hace la historia”.

Pipí Mil Pupú Dos Lucas   ̶protagonizada por Cesar Perozo,  Jimena Rimenez, Luciano Tribuiani, David Alonso, Miguel Peña, Juan “Mimou” Gonzalez, Marcel Fernandez, Carlos Arraiz, Daneyssa Aguilera y Javier Figuera  ̶ a pesar de ser rechazada en un principio en varios festivales por su nombre y porque no tenía actores reconocidos, según comenta Enrique Bencomo, promete superar las expectativas negativas que ha recibido por su nombre, apelando a la coherencia, dramatismo y sarcasmo reflejado en su guión narrativo