
El cineasta colombiano Antonio Dorado, en exclusiva para Zeta y a propósito del estreno en Venezuela de su obra Amores Peligrosos, comenta sobre el pasado de Cali, inundada por la peste del narcotráfico en 1989 por los carteles de Cali y Medellín.
Por SARA KAFROUNI
El narcotráfico en Colombia entre 1970 y 1990 estaba finamente dividido entre el Cartel de Cali de los hermanos Rodríguez Orejuela y el Cartel de Medellín de Pablo Escobar Gaviria, hasta que se enfrentaron a mediados de los 80. Se especula que el detonante puede haber sido el asesinato del ministro de justicia Rodrigo Lara Bonilla o la dominación del mercado de drogas en Nueva York. La guerra fue trazada a muerte, y cada cartel usaba su mejor arma, como señala la revista Semana en un artículo de 1988 que dice: “El Cartel de Cali soborna, el de que Medellín prefiere matar”. Todo esto se revive en la cinta Amores Peligrosos, pues Antonio Dorado muestra la realidad como la vivieron los colombianos, muestra la radiografía de Cali a través de Sofia (Juanita Arias), una joven clase media arrebatada por la ambiciones del narcotráfico y sus capos, donde las formas de amar y vivir están alteradas, como señaló Antonio Dorado: “la película precisamente no aborda la mujer como mito, más bien es esa sociedad machista, que decodifica el lugar que le corresponde a la mujer. La mirada del narcotráfico sobre las mujeres es que son como objetos de uso. Hay una ostentación de la mujer que se tiene, para mostrar un poco quien es, pero la mujer sigue siendo un objeto. Lo que me interesaba era mostrar la historia de una mujer corriente. Ella no quiere ser una narcotráficante, no es asesina, no es ladrona, tiene un perfil similar a la mayoría de las mujeres de nuestros países. Es una muchacha, por eso era importante que fuera adolescente, que busca un lugar en el mundo y lo hace un poco arrastrada por su pasión por el baile, quiere vivirlo y quiere disfrutar su vida, solo que al hacerlo con el narcotráfico, en vez de vivirlo de plena y positivamente, termina embarcada en una terrible tragedia. En esencia es una mujer a quien quieren devorar. La chica es el símbolo de una ciudad, símbolo de Cali, de una ciudad bonita, alegre, pero hay un círculo de personajes que quieren devorarla, transformarla, usarla, violarla, y por eso, a pesar de que ella se encuentra atrapada en esta tragedia, sobrevive a la tragedia”.
Amores Peligrosos, según cuenta Antonio Dorado, “es sobre una ciudad que recibe un castigo muy fuerte por el narcotráfico, y una tragedia que vivió toda una generación, con muchos muertos por una confrontación muy loca cuando Pablo Escobar le declara la guerra a la ciudad. En esas circunstancias aparecen unos sectores amplios, como siempre ocurre, y de la mayor parte de la gente, que no tiene que ver con el narcotráfico, pero que termina sufriendo igual. No es una película que pretenda hacerle un homenaje a los gangsters criollos, al contrario, lo que trata es de activar una situación crítica sobre el impacto terrible que ha tenido el narcortráfico en una ciudad. Por eso en la película hay una retórica, una metáfora permanente de que ‘soltaron ratas’ porque es una peste, y por eso está en la película un personaje muy importante que es el muchacho [Felipe Cortés en el personaje de Camilo], que es un filósofo, un estudioso, que trabaja en un colegio, que le duele la ciudad y lo que ocurre en el país porque hay una descomposición política, social, económica. Al final de la película ves que, a pesar de todo lo que ocurre, algunas de esas ratas siguen vivas porque el narcotráfico sigue activo, porque a pesar de que los tiempos han cambiado y por fortuna ya no se vive en ese extremo, está vivo, está activo porque hace parte de las economías locales… y las globales”, señaló el director.
Antonio Dorado cuenta esta guerra del narcotráfico tomando referencias de personajes reales, pero no hace una reencarnación de ellos, sino muestra en general el modus operandi y vivendi de los narcotraficantes con sus infiltraciones, secuestros, estallidos de bombas, utilización de ex guerrilleros y policías para asesinar, y donde las mujeres de los capos eran reinas de belleza y modelos, con sus historias de lesbianismo. “La película, aunque tiene un contexto de noticias e historias reales, no corresponde estrictamente a personajes, a los capos concretos, exceptos digamos a los dos frentes. En el caso de Pablo Escobar es un agente externo, una agresión externa, representada un poco a través del personaje que hace Jean Paul Leroux [Tony] porque es un espía, un personaje de Pablo Escobar que se infiltra, modalidad muy muy frecuente en estos grupos. En el caso de Marlon Moreno [Don Fernando] también, quien no es directamente los Rodríguez, pero tiene la construcción de ese personaje. Marlon es de Cali y conoce también este tipo de lógica y de personajes. Todos los personajes están inspirados en los comportamientos reales que tuvo el narcotráfico. Por ejemplo la actriz Kathy Sáenz [Carolina] fue Reina de Colombia en esa época, y en la película es una ex reina, esposa de un capo. Aunque yo no puedo decir que la esposa del señor Rodríguez era lesbiana, por ejemplo, muchas de las esposas de los capos fueron reinas, y la bisexualidad, pues es parte de la conducta humana”, expresó Antonio Dorado.
Para Antonio Dorado, Amores Peligros fue un reto, pues según comenta, la historia de Sofía la vivieron algunas de sus amigas, y esta guerra la vivió él. Dorado comentó que hubo un momento en el que vivían encerrados por el peligro de las bombas escondidas que colocaban los hombres de Pablo Escobar, y una de ella explotó a cuatro cuadras de su casa, en una calle por la que él siempre pasaba. Un ejemplo de ello es tratado en la película con la explosión de una de las farmacias de los hermanos Rodríguez, y según comenta Dorado, esta escena viene de que en diciembre del 89, Pablo Escobar mandó a colocar cerca de 400 bombas, principalmente en las farmacias de los Rodríguez.
Amores Peligrosos está inspirada en un texto del periodista colombiano Umberto Valverde sobre crónicas del narcotráfico titulado “Quítate de la vía Perico”. Allí Valverde narrra cómo el narcotráfico alteró la vida de una sociedad. Por eso, Antonio Dorado plantea cómo “el narcotráfico altera también los modos de pensar, de actuar e incluso de amar porque en el contexto de esas nuevas economías se altera el orden social. Me parecía importante no solo quedarnos en la historia de cómo el narcotráfico impacta a los sectores más deprimidos, sino las capas medias, muchas jóvenes que no tenían necesidad, sino que la ambición, la ilusión de acumular dinero, de tener, de consumir, es lo que genera el éxito de esos procesos de corrupción. Por eso, la película está inspirada en cómo la ambición desbordada, malintencionada, y mal orientada puede destruir”.
Amores Peligrosos es la segunda cinta de una trilogía que inició con la cinta El Rey, en la que se narra el origen del narcotráfico, y termina con una tercera entrega, cuyo nombre posiblemente sea Ópera Salsa, en la que se plantea el baile y la música, esencia de la gente de Cali, como una respuesta para enfrentar la arremetida del narcotráfico, “como una posibilidad de enfrentar la muerte y de gozar la vida” como señala el cineasta.
Amores Peligrosos tiene una narrativa compleja por el constante ritmo de acción y temática, y utiliza estratégica y delicadamente pocos diálogos, como elemento estético, y trabaja más sobre las acciones y pensamientos; es la consecución de una historia a través de la relación de miradas de sus personajes. Según explicó Antonio Dorado, busca narrar la historia sin dirigir los diálogos sino involucrando al espectador, que éste pueda tener un distanciamiento, y que con “la presentación de casos, de las noticias, y de los efectos sonoros, el espectador vaya descubriendo”.