El Teatro Santa Fe ubicado dentro del Colegio de Médicos de Caracas, en la urbanización Santa Fe, estrenó la comedia A falta de pan, escrita y dirigida por el actor Julio Pereira, la cual sirvió para que la periodista Marycarmen Sobrino, luego de 30 años de carrera continua, se estrenara en las tablas y mostrara que las experiencias son necesarias, y los tabúes no. Marycarmen Sobrino habló en exclusiva y comentó sobre su debut actoral y la obra.
Por SARA KAFROUNI
Fotografía NELSON AGELVIS
Sin necesidad de hacer una burla denigrante, ofensiva y descontextualizada, el actor Julio Pereira escribió A falta de pan, una comedia que trata las realidades que viven las mujeres; ya sea la de ser la típica esposa perfecta, que en determinado momento se cansa y consigue a otra persona que las vuelva a hacer sentir, o la de la mujer independiente, dedicada a cuidar su físico y egocéntrica, y que no se atreve a admitir que quiere lo mejor del mundo tradicional de las esposas con marido, hijos, y hogar, y lo mejor del mundo independiente, en el que las mujeres tienen los mismo derechos y oportunidades que los hombres sin ser juzgadas.
La comedia A falta de pan tiene un argumento narrativo perfectamente hilado desde que inicia hasta que finaliza, y presenta en escena continua a la reconocida periodista Marycarmen Sobrino (Vicky), quien interpreta el papel de una ama de casa, casada con un hombre adinerado, pero sola, abandonada y que poco a poco va desnudando su placer culposo desde hace un año, mientras está reunida con su amiga y hermana, interpretadas respectivamente por Carolina Sulbarán y Alejandra Pulido, quienes citan a la casa a una vendedora/demostradora de juguetes eróticos, interpretada por Freila Ramos, quien con un acento bien marcado de la región de Ureña, que se ubica en la frontera andina de Venezuela con Colombia, termina haciendo reír a carcajadas no sólo a las mujeres de la casa sino a la audiencia, por su gocho cantadito, su pensamiento directo y mordaz, sin miramientos. En la obra no sólo hablan de cómo y para qué sirve cada una de las sorpresas que Freila Ramos tiene en su maleta sino de la mujer insatisfecha en su matrimonio, del hombre que olvida que su mujer es un ser vivo que siente, del individualismo y de las frustraciones usuales en las mujeres que no tienen un hombre a su lado, no porque no existan sino porque muchas veces las mismas mujeres los distancian o porque las exigencias son mayores de lo que el mercado masculino ofrece.
Las actrices de la pieza aseguraron que la preparación fue muy divertida, pues en la pieza se dicen cosas que ellas no estaban habituadas a mencionar en sus propias reuniones de mujeres.
Satisfactoriamente, y para deleite de muchos, la figura de la reconocida periodista Marycarmen Sobrino es una de las más atrayentes, pues quien la conoce sabe que su peculiar humor y la seguridad que irradia, con 30 años de carrera, confabulan para hacerla brillar en el escenario sin ningún esfuerzo. Y a propósito de su participación en la obra “A falta de pan”, Marycarmen Sobrino habló en exclusiva sobre su debut en las tablas y sobre su personaje, el cual se atrevió a interpretar por la inquietud que tenía en esta área y porque, aunque es periodista, hacer teatro “también es comunicar”.
Marycarmen Sobrino comentó que luego de que muchas personas le decían que hiciera teatro, finalmente consiguió el tiempo y la oportunidad de experimentar algo nuevo: “Son 30 años profesionales desde narradora de noticias. He pasado por gerencias, por producción. Siempre he trabajado gracias a Dios, sobre todo en radio, y en televisión en cosas específicas. En fin, la verdad es que no me puedo quejar porque he hecho las cosas que he querido hacer. Siempre la gente me decía que como comunicadora y porque soy muy histriónica y porque mi voz y qué sé yo, que por qué no hacía teatro. Y yo, bueno: ‘no está en mis planes, no quiero hacer teatro’. Sin embargo, me invitaban a varias obras como Cortocircuito, estuve también haciendo un papel muy específico en Holocausto de Levy Rossell y Mery Cortez, que era un musical dramático, pero no había texto. Era como una estampa. Yo era la esposa de Hitler, Eva Braun, y me encantó, pero no era una obra de arriba a abajo. A comienzos de este año se echó para atrás el programa, que es una producción independiente, Mujeres con historia y no se pudo seguir adelante con lo planteado porque no es secreto para nadie que el país se “relenteó”, y muchas cosas se tuvieron que detener. Yo tenía muchísimo tiempo libre y me seguían llamando a ver si hacía teatro. Además que estamos viendo un gran movimiento en el teatro precisamente porque hay menos producción en la televisión. Entonces, el comunicador es comunicador y esto es parte de estar en contacto con la gente. Como ya tenía más tiempo, Alejandra Pulido, quien ha compartido conmigo en Mujeres con historia, le dice a Julio Pereira que, estaban trabajando sobre esta obra y se habían quedado sin una actriz, por qué no me llamaba que seguro yo lo iba a hacer estupendamente bien. Julio me llama, me manda el texto, me reí leyéndolo y yo soy de las que piensa que cuando uno se divierte la cosa sale bien. Es bueno para ti; yo espero que la gente lo pueda disfrutar mucho. La leí y le dije: ‘¡Caramba! Me da mucho miedo porque es que estoy de arriba a abajo en la obra, no salgo de escena, y es un personaje; Vicky no soy yo’”.
Sobrino comentó que aunque la obra es atrevida en cuanto a la temática y los juguetes que se muestran, ella no cree en temas tabúes y es una pieza para reír, instruir y generar conversación, inclusive entre las parejas que no se atreven a hablar de esas cosas. “Yo creo mucho en que no hay temas tabú. Yo creo que uno tiene que ser muy abierto, que cuanto más te expresas y hablas de las cosas con naturalidad —y el sexo y la sexualidad es parte de nosotros— hay mayor salud para todo el mundo. La obra muestra mucho eso de mí y de información, porque al fin y al cabo la obra te está dando información de muchos jugueticos y cosas que sienten las mujeres. Ahora de Vicky, Vicky tal vez [se parezca a mí] en esa búsqueda en el fondo de emociones todo el tiempo, pero no nos parecemos porque ni estoy casada ni tengo hijos ni aguantaría un matrimonio que es bueno y está bien, no lo haría, de hecho yo estoy divorciada. Tal vez nos parecemos en que ese amante a ella le dio emoción y olvidó cualquier cosa por vivir, porque lo importante es vivir. Yo soy de las que piensa que uno siempre tiene que cambiar y tratar de verdad de experimentar. A mi no me gusta eso de: ‘y si yo hubiera hecho’. El hubiera no, salió bien, salió mal, pero bueno ya tengo la experiencia”, sentenció Marycarmen Sobrino, quien además aseguró que es un obra para hombres y mujeres, para reír y hasta para llevarse ideas, pues afirma que el texto de Julio Pereira es “estupendo, inteligente y prácticamente no tiene improvisación. Es una comedia picante, de adultos, pero no es vulgar, no ofende, y muestra y dice cualquier cantidad de cosas muy directas”.
Si bien este es el estreno de Marycarmen Sobrino en rol protagónico sobre el escenario teatral, no lo pareciera, ya que su talento histriónico natural, su ritmo, y su experiencia como locutora le brindan seguridad en escena y hasta una proyección de voz que opaca a la de actores teatrales de profesión. A su vez, Julio Pereira impresiona como dramaturgo a quienes sólo lo conocen como actor de telenovelas con esta obra inteligente, fluida y humorística que sin duda hará al público trasladarse hasta el bohemio-chic Teatro Santa Fe, que bajo la gerencia del actor Karl Hoffman, continúa estrenando excelentes obras teatrales para una Caracas necesitada de esparcimiento en ambientes seguros