MIRÁNDOSE AL ESPEJO

La película Espejos, estrenada el pasado 12 de diciembre en las salas comerciales del país, en tan sólo un fin de semana ha sabido calar entre el público, quien de manera unísona asegura que es una película que se merece ir a ver no sólo por sus actores y cómo está contada la trama, sino también por el contundente mensaje que deja flotando en la mente de los consumidores. En esta oportunidad, y en exclusiva para ZETA, el reconocido actor Luis Fernández y el productor Héctor Palma comentaron sobre la producción de Espejos.

 

Por SARA KAFROUNI

 

Espejos en un principio fue un proyecto de serie televisada de 12 capítulos para el canal HBO, y que luego de grabarse unos capítulos, el libreto terminó guardado hasta que el director Héctor Palma y el guionista y también actor César Manzano decidieron convertir el material en un largometraje, razón por la cual las historias en las cintas están contadas modularmente y de alguna manera, y en el clímax de la película, esas historias se cruzan. Según comentó Héctor Palma, el proceso de realización de la película fue largo porque es una producción independiente, y que ya a lo último vino a recibir un financiamiento del CNAC para terminarla. La película estuvo en proceso de elaboración aproximadamente cinco años, de los cuales tres años y medio fueron dedicados al rodaje y aproximadamente un año y medio a la postproducción.

 

Espejos no es una película común, ni mucho menos ligera; es controversial. Refleja ese mundo oscuro que la mayoría tiene cerca, o que incluso vive, y además sería una de las pocas veces que —como en La Máxima Felicidad (1982), De Macho y Hembra (1984) y Azul y no tan rosa (2012)— en el cine venezolano se dejan a un lado los tabúes y los cinéfilos, sin restricción visual alguna, pueden apreciar la homosexualidad, la lujuria, el uso de las drogas, el poder enfermizo, la corrupción, el crimen, la avaricia, la fama, la maldad, la ingenuidad, la prostitución, el desorden.

 

En la cinta participan Clarissa Sánchez, Carlos Camacho, Christopher Peinado, Claudia la Gatta, Isabella Santo Domingo, Paola Rey, Eduardo Orozco, y César Manzano, y como protagonista Luis Fernández. Al preguntársele a este último su opinión sobre la película, Luis Fernández  comenta: “Esta película ha sido realmente un viaje de muchos años en el que César ha sido un empecinado de su visión, y yo creo que se ve en pantalla un elenco bastante comprometido con una visión de un cineasta bastante atrevido y rudo. Lo interesante es que es una película independientemente financiada en un comienzo como cortometraje que se fueron armando luego en un largo, y esa manera de hacer cine contra todo pronóstico. (…) Además que creo que es una película absolutamente pertinente en un momento en el que vivimos de la boca para afuera y somos otra cosa. Eso siempre pasa, no es el momento puntual del planeta, pero estamos tan histéricos y polarizados en este momento en el mundo entero que esas máscaras se ven más, se notan más, o contrastan más de la realidad a la realidad paralela que es la privada. Yo se que todos tienen algún secreto por ahí que ocultan y no están dispuestos a revelar y eso me parece bien porque así vamos por la vida siendo muy buenos actores. Creo que es muy pertinente, creo que es perturbador precisamente por eso, porque nadie asume que tiene esa otra cara, nadie se mira en un espejo. Solamente para verse por fuera porque la vanidad sí, nos gobierna, pero el valor de realmente ver quién eres es algo que no lo hacen sino pocos valientes. Es doloroso, pero creo que el resultado vale la pena. Aunque siempre tenemos la opción de vivir en negación, que no está mal. Cada quien con su aberración”.
La película Espejos es también un grito que alerta e invita a despertar y encontrarse a uno mismo en los personajes, a decidir cómo se quiere vivir y cómo se quiere construir un futuro. Cinematográficamente es una película que no da descanso al espectador y que cuenta con una fotografía envolvente. Espejos es un cúmulo de emociones in crescendo, pensamientos y acciones, todas de gran fuerza que dejan un sello en la visión de los espectadores, como ocurre por ejemplo con la cruel, realista y sangrienta escena en la que se recrea un ajusticiamiento, la cual automáticamente nos confronta con las realidades que vivimos, vía esta muestra desde la oscuridad del tormento de un país y sus ciudadanos abrumados por la inseguridad, la corrupción, los secretos, el silencio cómplice y una justicia inestable e incierta.