Daiquirí regresa con todo, incluso una nominación al Grammy Latino que no existía cuando arrasó las carteleras en los años 80.
Por SARA KAFROUNI
“Chamito candela, si es valiente de verdad
Yo lo vi tocando conga, yo lo vi tocando cuero,
Yo lo vi tocando el timbal y todo hasta el mes de enero.
Chamito candela, si es valiente de verdad”.
Con esta letra y un pegajoso ritmo conocí la música de quienes hace 32 años fueron el furor en el sentir latinoamericano, especialmente en el de Venezuela, y más aún en ánimo bailable de una sociedad feliz. Bailando lo conocí. Lo que resultó una buena antesala para conocer el sonido distintivo de Daiquirí, caracterizado por la mezcla de ritmos y el sonido del teclado Yamaha DX-7, y conformado en su momento por Alberto Slezynger, el gran Nené Quintero, Manolo Álvarez, Silvano Monasterios, Pedro Vilela, Danilo Aponte, Gerardo López y Gustavo Calle. Hoy día Daiquirí regresa a los escenarios por la puerta grande: con su nuevo disco Esa Morena, un sonido impecable y una nominación al Grammy en la categoría de “Mejor Álbum Fusión Tropical”, en la cual compitió con Chino y Nacho, ChocQuibTown, Juan Magan y Jorge Villamizar.
Esa Morena, con seis temas inéditos y seis éxitos, sigue teniendo el sello particular de Daiquirí. En algunos temas, como en el que lleva el nombre del álbum, vuelve más a sus orígenes que es el son cubano; sin embargo, Alberto Slezynger confiesa que es un trabajo realizado con mucho amor y representa a cualquier caraqueño porque el sonido de Daiquirí es el resultado de lo que uno escucha cuando está en un autobusete en el centro de la ciudad y escucha diferentes ritmos a su alrededor, pues asegura que: “esa mezcla de lo que uno oye en una buseta en el centro es lo que es Daiquirí. Tiene son cubano, tiene música afrovenezolana, tiene cumbia, tiene música de aguinaldo, música pop, rock, jazz, bossa nova, samba y todo eso lo metes en una licuadora y sale un Daiquirí. O sea, hasta con el nombre logramos hacer lo que queríamos transmitir que era recordarle a los venezolanos que detrás del Ávila está el Mar Caribe. Nosotros somos caribeños y hemos sido siempre caribeños”. Sin embargo, Alberto Slezynger, luego de explicar su paso por la banda de rock urbano Sietecuero junto a Yordano Di Marzo en los años 70, y afirmar que era “un rockero que le gustaba la música cubana”, le dio su puesto al rock en Daiquirí. “El sonido de Daiquirí será latino y es tropical, pero es rockero también. Tiene momentos de guitarra eléctrica de rock, tiene la batería de rock, tiene digamos el peso de una banda de rock y eso es lo interesante de Daiquirí que es un sonido bailable tropical, pero con un peso de banda de rock”, sentenció el fundador, vocalista, compositor y arreglista de Daiquirí.
En Venezuela, este disco cuenta con el apoyo que Daiquirí tuvo en sus inicios, como el reconocido productor de grandes voces venezolanas Alejandro Blanco Uribe, el sello Sonográfica, y un sonido analógico, porque según comenta Alberto Slezynger, de este país salió esta música y tenía que hacerlo como lo hizo en un principio. Además de contar con la participación de destacados músicos de sesión y compositores de Miami como el compositor y arreglista Fernando Osorio (Fernando y Juan Carlos), Jorge Luis Piloto, y Dan Warren, quien ha sido músico de Madonna, Jorge Villamizar y Rosa Soy. Esta placa discográfica es el resultado de dos años de trabajo, y la grabación se realizó en el legendario estudio de grabación Criteria Studios en Miami, donde han grabado grandes músicos como Aretha Franklin, James Brown, los Bee Gees, Bob Marley, y más recientemente Beyonce.
Sobre la grabación de Esa Morena y el estudio que se utilizó, Alberto Slezynger comenta: “Criteria Studios es un estudio que mantiene todavía los recursos de grabación analógica de los 80 y los ha mantenido en perfecto estado, son esas consolas de 92 faders [perillas], analógicas, que todavía son de tubo, que hay que prenderla y esperar un rato a que caliente. Son unas consolas con un sonido extraordinario y quisimos rescatar ese sonido donde se escucharan los instrumentos, porque hoy en día todos los discos se mezclan en computadora, en las máquinas, en [el programa] Pro Tools y ya no se usan esas consolas porque es muy costoso. Entonces, creo que logramos eso. Hicimos esa búsqueda, ese trabajo de lograr un sonido y traer un momento de alegría mientras se baila, porque esto es un disco para el bailador. Eso es lo que hace uno con las canciones. Uno las trae un ratico para bailar, gozarse la música y distraerse un ratito de los problemas. Todo está tocado en vivo. Yo asistía a las grabaciones con estos músicos y eso era un disfrute porque son de un virtuosismo increíble. Esa parte había que hacerla para entregar un trabajo acorde con el gusto de nosotros los venezolanos”.
SOBRE EL GRAMMY
Alberto Slezynger comentó que con solo la nominación al Grammy Latino ya se siente ganador, y que es un sueño hecho realidad, pues aunque este es un premio creado hace apenas 15 años, aseguró que de haber existido cuando Daiquirí estaba en el top de la popularidad era seguro que hubiesen ganado un Grammy Latino: “Esto es un sueño. Toda la vida he tenido el sueño de tener un Latin Grammy, pero en la época nuestra no había Latin Grammy. No existía, y en el Grammy americano los latinos tampoco existían. Entonces yo me siento honrado que haya sido nominado para el Grammy porque uno hace un esfuerzo durante dos años y uno nunca sabe donde va a llegar. Hicimos un esfuerzo de trabajo constante, no solo al mejor gusto musical y la mejor creatividad sino también con los elementos técnicos, los personajes, los músicos, los ingenieros, las consolas de grabación, los estudios, todo fue pensado para lograr un producto de primera, pero ese producto de primera que me satisficiera a mí y que se sintiera que me gustaba a mí como disco. Después que me gustó a mí como disco fue que lo mostré, lo mandé a los Grammy y gracias a Dios el jurado, que son pura gente de la Academia, que son miembros votantes, son músicos, compositores, ingenieros de sonido, ejecutivos de las disqueras que juzgan en base a la calidad del álbum, porque estuvo nominado el álbum entero, y eso es lo bonito: comprendieron, entendieron y les gustó el trabajo que hicimos”.
La calidad del disco es indiscutible. Es por esto que el compositor también postuló su trabajo para los Premios Grammy (americanos) para participar en las categorías de Mejor Álbum Tropical, Mejor Producción y Mejor Grabación. La selección aún no se ha hecho, y mientras la Academia escoge quienes serán sus nominados para el próximo año, Alberto Slezynger está concentrado en formar la banda de músicos que integrarán Daiquirí y la cual regresa al país el próximo año con una gira de conciertos: “es una banda que va a ser más grande, casi de 12 músicos, porque el sonido de Daiquirí hoy en día es mucho más completo, más orgánico y más en vivo. Va a ser un sonido con una orquesta con mucha fuerza en escenario”, señaló el músico.
Esa Morena es un disco de calidad, un homenaje a la mujer, a su belleza, a su energía y en el que se endiosa a la mujer caribeña, pero es también para muchos la alegría de los años 80 en Venezuela, una nostalgia, recuerdos de una nación que bailaba unida un zambo montuno mientras pasaba un día en el béisbol, que iba al autocine con puro deseo de amar, nación que al contrario de un caso perdido, era positiva, alegre y refrescante como un daiquirí.